martes, 31 de mayo de 2011

“EL ESPIRITU SANTO NOS DA SUS DONES”

Queridas familias:
En este mes de junio se completa el llamado “Tiempo Pascual” con la Fiesta del Espíritu Santo. El mes pasado decíamos que el Espíritu Santo completa, lleva a su plenitud la obra redentora de Jesús. Esta fiesta es parte de la Pascua, su broche de oro ya que nos permite ser incluidos en esta nueva realidad que es Reino de Dios, y que se expresa en la Iglesia (ya en otras oportunidades dijimos algo sobre ella…).
¿Cómo hace el Espíritu Santo para llevarnos a la plenitud de Hijos de Dios?: comunicándonos sus “dones”. Éstos son “regalos” (por un lado: ni el Espíritu está obligado a dárnoslos, ni nosotros a exigirlos; por otro: se nos pueden dar todos o algunos. Es más fácil que solo algunos).
¿Qué utilidad tienen estos dones?: nos disponen para que podamos ser  dóciles a los impulsos del Espíritu Santo y además completan, llevando a su perfección, las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad de quienes los reciben.
¿Cuáles son estos dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Sabiduría: nos da la capacidad para discernir de entre todo lo que se nos ofrece, tanto de parte de la cultura, sociedad, de nuestro mismo ser, como de parte de Dios (con el mensaje y la vida de Jesús), aquello que nos humaniza más y nos lleva a la plenitud de la vida.
Inteligencia: ella, cuando está movida por el Espíritu nos permite usar de esta capacidad típicamente humana para ver la realidad con otros ojos, con los de Dios; y este don nos fortalece para que busquemos e investiguemos conducidos por el Espíritu.
Consejo: Dios, como buen Padre, nunca nos obliga, nos invita, nos aconseja. Con el don de la sabiduría y de la inteligencia encontramos el objetivo que nos humaniza y con este don se nos invita a aceptarlo.
Fortaleza: es el don por el cual, sabiendo de nuestra fragilidad, somos revestidos para actuar aquello que el Espíritu nos ha propuesto. Sin esta fortaleza, no seríamos capaces por más buena voluntad que tengamos.
Ciencia: Hay una ciencia que desarrollamos los hombres y otra que viene de Dios, el creador. La ciencia se adquiere y ello exige esfuerzo. Este don va llevando nuestra inteligencia para comprender la obra de Dios y su proyecto en beneficio de los hombres.
Piedad: es el don por el cual el objeto de nuestra atención y vida es siempre Dios en su infinita grandeza. Es el centro de la vida humana y sin esta relación nos limitamos.
Temor de Dios: don por el cual, conociéndonos en nuestras limitaciones, egoísmos e individualismos, tememos ofender a Dios y tememos salirnos de su esfera.
            Todos estos dones tienen como objetivos, para nosotros los cristianos, poder identificarnos cada vez más con Jesús, su vida y su mensaje, que como ya dijimos en otras oportunidades nos llevan a mejorar y plenificar nuestra vida humana relacionándonos con todos.

LOS FRUTOS DEL ESPIRITU:
            Cuando somos dóciles al Espíritu, aceptando y dejándonos guiar por sus dones, se nos dan los frutos. Estos son perfecciones, anticipos de la gloria eterna: ¿Cuáles son?: Caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad”. Esto según Gálatas 5, 22-23
            Dispongámonos con humildad y confianza a aceptar el regalo que nos da Jesús: su Santo Espíritu.

¡Que Dios nos bendiga a todos!

                                                                                  p. Darío

No hay comentarios:

Publicar un comentario