martes, 31 de mayo de 2011

SENTIDO DE LOS SIGNOS EN LA MISA: 4. EL SALUDO DE LA PAZ

Este gesto antes de la Comunión se ha convertido en un gesto sin demasiado sentido; se lo realiza por rutina; ya antes de la invitación al saludo que realiza sea el presbítero o el diácono motivándolo, muchos están dándose la mano, etc. ¿Pero que significado tiene? Veamos.
En el rito ambrosiano (el que se usa en la diócesis de Milán) este gesto está puesto antes del ofertorio, antes de llevar las ofrendas al altar. ¿Por qué? Precisamente por aquello que dice Jesús en el Sermón de la Montaña (Mt. 5,20): “Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en al altar te  acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda sobre el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda”

Este gesto ¿tiene sentido? Si la Eucaristía, entre tantas riquezas que tiene, está la de ayudarnos a imitar a Jesús que vino para compartir su vida con todos y que no se puede amar a Dios a quien no se ve sino amamos al hermano al que vemos, entonces este gesto sí tiene sentido. No se puede pretender rendir culto a Dios (ofertorio) si no hay una relación fraterna con los demás; si no hay reconciliación, perdón, amor. Sin esto el culto, la ofrenda, está vacía y es farisaica. Recordemos el significado de poner la hostia en la patena cuando entramos al Templo para la Misa (Boletín de marzo).
De ahí que la celebración, sobre todo la Eucarística, nunca es individualista (yo y Dios) sino que es “comunitaria”, de la familia de Jesús. Ciertamente, como dice Jesús (Mt. 5,25), hay que reconciliarse rápido y antes de cada celebración. Nadie se va a ir de la Misa para reconciliarse y luego regresa.
            En el rito latino romano, el nuestro, el saludo de la paz está puesto justo antes de la Comunión. ¿De qué comunión estamos hablando?: la comunión con Jesús que incluye indefectiblemente la comunión con mis hermanos.
La comunión es antes que nada “Jesús que se nos entrega” porque quiere compartir en todo nuestra vida; El se hizo presente para entrar en nosotros y nosotros comulgamos si tenemos su misma actitud hacia los demás. Por eso decimos, cuando compartimos la vida, ideas, ideales que “comulgamos” con fulano, con mengano, etc.
Entonces el saludo de la paz es el signo que manifiesta y refuerza que en Jesús queremos vivir como hermanos pues de esa manera se construye la paz, la que viene de El porque amamos (ágape) como El. Si esto es válido para con todos con más razón lo tendríamos que vivir los que decimos “creer” en Jesús y compartimos la misma familia.

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