lunes, 2 de diciembre de 2013

DIOS AMA TANTO AL MUNDO QUE ENVIA A SU HIJO ÚNICO

Queridas familias:
            Comenzamos un nuevo año litúrgico-pastoral, es decir, una nueva etapa en nuestro “camino” como discípulos y misioneros (tal cual desea nuestro Papa Francisco). ¡Y qué bien que lo comenzamos con el Adviento, con la Fiesta de la Inmaculada y con las Fiestas Navideñas! sobre todo si consideramos que constituyen momentos de “gracia de Dios” en lo ordinario de nuestra vida, esto es, oportunidades que se nos ofrecen para no vivir en la rutina, sino eventos que marcan el sentido de nuestra vida. Los que ya estamos en el camino podemos fortalecernos; los que deseen comenzar o re-comenzar sepan que el Padre bueno y misericordioso los está esperando con los brazos abiertos, así como nos lo ha enseñado el evangelista Lucas en la etapa que finalizó. Todos están invitados a la Fiesta de la Comunión con Él.

            Adviento: es el tiempo de preparación, de fortalecimiento, de adhesión al Proyecto de Amor de Dios que nos regala a su Hijo desde la misma condición humana. Nos preparamos a re-vivir la navidad, y con ella al Dios hecho hombre que es el Salvador, quien nos comunicará la verdad sobre nosotros mismos y sobre nuestro destino desde la Encarnación (hacerse carne). La palabra “adviento” quiere decir “espera”, una espera que no haremos de brazos cruzados, sino que deberá ser activa, comprometida, con gestos concretos de adhesión. Serán cuatro semanas cortitas pero intensas y esto dependerá mucho de cada uno.

            Fiesta de la Inmaculada: el adviento está marcado y sostenido por María, particularmente presente en la Fiesta de la Inmaculada Concepción y en la Natividad de Jesús. María es el “modelo” no solo del cristiano sino también de la Iglesia -que está también llamada a ser “inmaculada” y que lo será si reconoce en sus miembros la propia “miseria” y la “misericordia” que es la que “obra grandes cosas”. Este tiempo es, además, de “penitencia”, es decir, nos invita a un cambio, cambio que no haremos nosotros, sino Dios misericordioso cuando reconozcamos y pidamos perdón por nuestras miserias.

            Navidad: es, en pocas palabras, una fiesta de la Iglesia antes que de la familia. En la familia tendrá su plenitud si sabemos celebrar este nacimiento en la comunidad de una manera cristiana sin correr el peligro de que la cultura materialista y consumista que nos rodea opaque la auténtica Navidad haciéndole perder su verdadero sentido.


            A todos les deseo que este comienzo de una nueva etapa nos de la serenidad y la alegría de sabernos amados por Dios.

A TODOS LES DESEAMOS UNA FELIZ NAVIDAD



Que Jesús, el Hijo de Dios,
los acompañe con su Mensaje de Salvación
y los fortalezca con su amor

para superar las dificultades de la vida diaria.

ADVIENTO Y FAMILIA

El año que comenzamos es una buena oportunidad para profundizar el tema del MATRIMONIO Y LA FAMILIA, y  para tratar de “evangelizarlo” (considerándolo la buena noticia de que no todo está perdido y de que este sacramento se puede insertar en el proyecto de Dios, que nos realiza y diviniza). Para esta tarea contamos con el cuestionario del Vaticano y con el próximo Sínodo Extraordinario acerca del tema.

El tiempo de ADVIENTO es un tiempo de preparación: la de cada uno, la de la familia a la que pertenecemos y la de la Comunidad que hemos elegido para ser el ambiente en el que pueda nacer nuevamente Jesús.

Hablar de Matrimonio es hacer referencia a la unión de un hombre con una mujer según el designio de Dios en la creación, donde lo humano fue creado “muy bueno” y es llevado a su plenitud cuando viene asumido por Cristo como “sacramento”. La Palabra de Dios nos dice que esta unión humana se convierte en un “gran misterio (sacramento) y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia” (Efesios 5,32). El matrimonio es el signo visible del amor de Dios hacia la Iglesia.

Hay un gran entusiasmo e interés con relación al cuestionario que desde la Santa Sede se hace llegar a todos los católicos con relación a estos temas del Matrimonio y la Familia. Es evidente que este tema es importante y hay que encararlo en función de la situación de la cultura de hoy. Está de más decir que la familia es la célula de la sociedad y si la célula está enferma la sociedad está enferma. ¿Acaso no es ésta la situación actual?

Mirando la inmediata Navidad, según la Biblia, Jesús quiso nacer en el seno de un matrimonio, ser parte de una familia y vivir sujeto a ella. Y no se trata de un tema cultural de la época… Desde la familia Él “tenía que ocuparse de los asuntos de su Padre” (Lc.2, 49). En esa familia, “Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2, 52).

Como dijimos, el matrimonio y la familia son “sacramento”; dentro de esta realidad humana está el verdadero significado: “Cristo y la Iglesia”. Por eso, si es necesario replantearnos el tema matrimonial y familiar visible, también tenemos que replantearnos el tema de nuestra vida comunitaria y su relación con Cristo desde una mirada de fe. Pues lo uno llevará a lo otro.

Para seguir reflexionando en profundidad este tema, nos puede ayudar mucho el artículo “La Iglesia santa”, una catequesis del Papa Francisco, que aparece en este boletín.


CAPILLA ESPÍRITU SANTO

Y llegamos al final del año… ¡Cuántos gratos momentos hemos disfrutado juntos! Hace apenas unos días celebrábamos en comunidad y fraternalmente la fiesta de Cristo Rey y el fin del año litúrgico.

Haciendo un balance de lo que este año experimentamos, es nuestro deseo que podamos atesorar en nuestros corazones todo lo vivido, para que Dios nos ayude a seguir poniendo nuestro mejor esfuerzo a efectos de lograr el bien común, de colaborar con quienes nos necesiten y de seguir construyendo esta comunidad en unidad y paz. Que cuando vean a esta comunidad sepan que su centro y fundamento es Cristo Jesús.
 
¡Gracias a todos los colaboradores que nos acompañaron a lo largo de este año! ¡Que el Espíritu Santo los proteja y acompañe siempre!

Y ¡muy feliz año nuevo!: preparemos en este adviento un pesebre en nuestro corazón para que Jesús obre en él, seamos dóciles a su amor.

           Por otra parte, les comunicamos que seguimos juntando objetos de bronce para la futura campana: recuerden a vecinos, familiares y conocidos que todo es bienvenido: llaves, picaportes, marcos de cuadros, adornos, etc.

¡Gracias por colaborar!

EL EVANGELIO DE MATEO

El evangelio de Mateo es el que particularmente nos acompañará durante este nuevo año. Este evangelio fue escrito para los cristianos que procedían del judaísmo y, por  tanto, que conocían el Antiguo Testamento y todo lo referente a las leyes y prescripciones judías, de ahí todas las referencias que hace el evangelista sobre estos temas.
     En el Evangelio de Mateo se entremezcla lo que es típicamente tradición de Jesús y lo que produjo la predicación apostólica.
     En este Evangelio se puede ver cómo la Iglesia es el Nuevo Pueblo de Dios o de la Nueva y Eterna Alianza ya anunciado en el Antiguo Testamento. Por tanto, se estructura de una manera eclesiológica.
     Según la tradición, este evangelio era una catequesis sobre la vida interna de la Comunidad cristiana. Por este motivo nos ayudará a tomar conciencia de que somos la Familia o Pueblo de Dios; a cambiar y consolidar las relaciones internas; a buscar un “abrir las puertas y los corazones” para superar las diferencias y todo aquello que a los hombres los aparta del Dios verdadero.


El Rincón de la Catequesis

La Iglesia santa: catequesis del Papa Francisco

En el 'Credo', después de expresar: 'Creo en la Iglesia: una', añadimos inmediatamente el adjetivo 'santa'; en este momento afirmamos, por tanto, la santidad de la Iglesia, y esta es una característica que ha estado presente desde el inicio en la conciencia de los primeros cristianos, que se llamaban simplemente 'los santos'  (cfr. At 9,13.32.41; Rm 8,27; 1 Cor. 6,1) porque tenían la certeza de que es la acción de Dios, el Espíritu Santo, lo que santifica la Iglesia.
Pero ¿en qué sentido la Iglesia es santa si vemos que su versión histórica, en su camino a lo largo de los siglos, ha tenido tantas dificultades, problemas, momentos oscuros? ¿Cómo puede ser santa una Iglesia hecha de seres humanos, de pecadores?: hombres pecadores, mujeres pecadoras, sacerdotes pecadores, monjas pecadoras, obispos pecadores, cardenales pecadores, papas pecadores. Todos. ¿Cómo puede ser santa una Iglesia así?
1. Para responder estas preguntas quisiera guiarme por un fragmento de la Carta de san Pablo a los cristianos de Éfeso. El apóstol, tomando como ejemplo las relaciones familiares, afirma que "Cristo ha amado la Iglesia y se ha dado a sí mismo por ella, para hacerla santa" (5,25-26). Es decir, Cristo la ha amado donándose a sí mismo en la cruz. Por tanto, la Iglesia es santa porque procede de Dios, que es santo, que le es fiel y no la abandona en poder de la muerte y del mal (cfr. Mt 16,18), y que está unido de forma indisoluble a ella (cfr. Mt 28,20). La Iglesia es santa porque está guiada por el Espíritu Santo que purifica, transforma, renueva. No es santa por nuestros méritos, sino porque Dios la hace santa, porque es fruto del Espíritu Santo y de sus dones. No la hacemos santa nosotros, sino Dios, el Espíritu Santo, en su amor.

CELEBRACIONES NAVIDEÑAS


Agradecimientos

   
 Ya que se acerca el fin de año es muy bueno agradecer a todos los que nos han acompañado: los avisadores, los colaboradores, los que día a día ponen el codo para bien de la Comunidad y de sus obras.
     El reconocimiento más grande, más allá del agradecimiento nuestro, viene de Dios que nunca se deja ganar en generosidad.

     Que todos puedan siempre experimentar que el Amor de Dios nunca falla ya que todo lo que hacemos lo hacemos, sobre todo, por amor a Él.

COLECTA APORTE DIOCESANO



            El día de Navidad se realiza a colecta diocesana para contribuir con el mantenimiento de nuestra Diócesis (sus instituciones). La misma puede realizar su cometido con el aporte de todas las comunidades parroquiales diocesanas. El obispo nos pide este esfuerzo: es una manera de vivir la solidaridad en la Iglesia que nos dice “que debemos contribuir a su mantenimiento”.

COLECTA DE ALIMENTOS NAVIDEÑOS

Los días 14 y 15 de diciembre tendrá lugar el “Día de la Caridad”: en las Celebraciones Litúrgicas se realizará la COLECTA DE ALIMENTOS y se solicita  incluir algunos artículos característicos de Navidad para compartir con las familias con las que Caritas colabora.

lunes, 4 de noviembre de 2013

PONER LA MIRADA EN LO ALTO Y NUESTROS PIES EMBARRARLOS EN LA TIERRA



Queridas familias:

     Este mes se recuerdan dos celebraciones: “Todos los Santos” y “Todos los difuntos”. Esto nos lleva a considerar el “más allá”, una realidad que está fuera de la nuestra. Cuando decimos en el credo: “Creo en la vida eterna” hacemos referencia a la meta de nuestra existencia, ¡esta es nuestra fe! Pero ¿creemos en esto?

     El 14 de setiembre se realizó en Córdoba la “beatificación” del Cura Brochero. Fue un signo de la fe cristiana que expresa de manera verdadera que los que mueren no desaparecen sino que, como dice San Pablo, se transforman y viven para siempre. Porque la vida que poseemos es eterna: mientras aquí se expresa “humanamente” luego será con una “humanidad divinizada”, nada más y nada menos que como la de Jesucristo.

     Aferrarse a la etapa terrena genera algunas actitudes de los creyentes hoy, aunque, como dijo una vez el Papa Francisco: “nunca vi un corteo fúnebre con un camión de mudanza o un camión de caudales atrás” o, como sostiene el refrán popular: “la mortaja no tiene bolsillos”. Lo material sirve para vivir una vida digna, pero “allá” ¡no sirve!; mientras estamos en este mundo somos “administradores” y no propietarios de los bienes que fueron creados para todos. Y por esto seremos juzgados: “porque tuve hambre y me diste de comer…..” (Mateo 25.)

     Y si las cosas son así tendríamos que tener una mirada hacia los “Lázaros” (ayuda que Dios nos ofrece) para compartir  junto con ellos la vida; para profundizar estas cuestiones, leamos el texto evangélico de Lucas 16,19-31.

     La Fiesta de los Santos incluye a todos los que ya comparten eternamente la vida con Dios y sus hermanos. Éstos no son únicamente los “proclamados” por el Magisterio Eclesial sino que están todos los difuntos, tanto los que hemos conocido como los que no. Por otra parte, esta fiesta nos recuerda aquello que nos dice Jesús en el Evangelio de Mateo: “sed santos, como Dios es Santo”. Se necesitan santos que vivan la cultura positiva de hoy, en las distintas situaciones y actividades que cada uno desarrolla. Se trata de una santidad que comienza aquí y que con la gracia de Dios se vive en las dificultades hodiernas, y que llegará a su plenitud cuando seamos transformados por la resurrección.

     La Conmemoración de los Difuntos quiere ayudarnos a descubrir, siempre por medio de la fe, que la muerte ya no tiene la última palabra; que los que llamamos “difuntos” siguen viviendo. Recordamos especialmente a los que conocemos y los invocamos para que nos ayuden, intercediendo por nosotros, para que nuestro caminar pueda ser perseverante y con la mirada puesta allí donde está nuestra esperanza.

     Que Dios nos bendiga a todos con su infinita misericordia.
 
 

El cristianismo en pocas palabras



     No son pocos, cristianos o no, los que se preguntan: ¿qué quiere en definitiva el cristianismo? Cristo, de donde viene «cristianismo», ¿qué pretendió cuando pasó entre nosotros, hace ya más de dos mil años?

     La respuesta debe, por un momento, olvidar todo el aparato doctrinario creado a lo largo de la historia e ir directamente a lo esencial. Y esto esencial debe poder expresarse de forma que el hombre de la calle pueda entenderlo.

     Jesús no comenzó anunciándose a sí mismo o a la Iglesia. Anunció el Reino de Dios, que significa el sueño de una revolución absoluta que se propone transformar todas las relaciones que se encuentran deturpadas, en lo personal, en lo social, en lo cósmico y especialmente con referencia a Dios. Este Reino empieza cuando las personas se adhieren a este anuncio esperanzador y asumen la ética del Reino: el amor incondicional, la misericordia, la fraternidad sin fronteras, la aceptación humilde de Dios vivido como Padre de infinita bondad.

     Además de proclamar el Reino de Dios, ¿cuál es la intención original de Jesús? Los apóstoles hicieron esta pregunta directamente a Jesús usando un rodeo lingüístico típico de aquel tiempo: «Señor, enséñanos a orar» (Lucas 11,1). Esto es lo mismo que pedir: «Danos un resumen de tu mensaje, ¿cuál es tu propuesta?». Jesús contesta con el Padrenuestro. Es la ipsissima vox Jesu: la palabra que salió indudablemente de la boca del Jesús histórico.

En esta oración está lo mínimo de lo mínimo del mensaje de Jesús: Dios-Abba y su Reino, el ser humano y sus necesidades. Más resumidamente: se trata del Padre nuestro y del pan nuestro en el arco del sueño del Reino de Dios. Aquí se encuentran los dos movimientos: uno hacia al cielo, y ahí encuentra a Dios como Abba, Padre nuestro querido y su proyecto de rescate de toda la creación (el Reino); otro hacia la tierra, y ahí encuentra el pan nuestro sin el cual no podemos vivir. Obsérvese que no se dice «mi Padre» sino «Padre nuestro»; ni «mi pan» sino «nuestro pan de cada día».

     Solamente podemos decir amén si unimos los dos polos: el Padre con el pan. El cristianismo se realiza en esta dialéctica: anunciar a un Dios bueno porque es Padre querido que tiene un proyecto de total liberación y, al mismo tiempo, y a la luz de esta experiencia, construir colectivamente el pan como medio de vida para todos.

Sabemos de la tragedia ocurrida con Jesús. El Reino fue rechazado y su anunciador ejecutado en la cruz. Pero Dios tomó partido por Jesús: lo resucitó. La resurrección no es la reanimación de un cadáver sino la emergencia del «nuevo Adán» (l Corintios 15,45). La resurrección es la realización del sueño del Reino en la persona de Jesús como anticipación de lo que va a ocurrir con todos y con el universo entero.

     La ejecución de Jesús y su resurrección abrieron un espacio para que surgiesen el movimiento de Jesús, las primeras comunidades a nivel familiar y local y, por fin, la Iglesia como comunidad de fieles y comunidad de comunidades.

 

                                                                                Leonardo Boff

¡GRACIAS!


Desde lo más profundo de nuestro corazón les queremos agradecer a todos los que colaboraron en la fiesta del 15° aniversario de la Consagración de la Capilla Espíritu Santo.

Especialmente queremos saludar a Monseñor Rubén O. Frassia que compartió la celebración de la Eucaristía y participó del almuerzo con la comunidad.

Vivimos momentos inolvidables y muy gratificantes. Trabajar juntos, ambas comunidades de la Parroquia San Jorge y de la Capilla, nos demostró una vez más que la unión es posible y las cosas que se hacen poniendo a Cristo Jesús como centro, salen bien.

Sigamos con alegría dando lo mejor de cada uno, así compartiremos grandes  logros.

Ahora vamos por más… los invitamos a unirse a los grupos de trabajo que ya están funcionando en los preparativos de la Fiesta de Cristo Rey, al finalizar las celebraciones de los domingos se darán los avisos, estén atentos…

 

FIESTA DE FINALIZACIÓN DEL AÑO PASTORAL Y EL AÑO DE LA FE


Este Año lo festejamos a lo grande en los ambientes de la Parroquia. Será un asado y merienda y juegos para compartir. Comenzaremos con la Celebración de la Eucaristía a las 10,30 hs.

El costo de la entrada (para ir reservándola con tiempo) es de: $ 80 los mayores y de $ 40 los menores de 12 años.

Traer: ganas de compartir y celebrar nuestra fe común; platos, cubiertos y bebidas.

Para colaborar con el mantenimiento de la parroquia se realizará la RIFA de una Canasta Navideña

 

FIESTA DE CRISTO REY


    
El domingo 24 es la Fiesta de Cristo Rey. En Cristo, Rey del Universo, se concluirá nuestra historia humana. Para nuestra comunidad, será la finalización del año litúrgico (que quiere significar nuestro camino como cristianos). Un año que ha tenido como centro la Pascua, preparada por la Navidad y la Cuaresma y ahora, al final, esta Fiesta. La semana siguiente a ella comenzaremos otra etapa, el Nuevo Año con el Adviento y la Navidad.

    Como todos los años, queremos finalizar a lo grande. Hasta el año pasado, realizábamos una salida al campo. Este año, por los costos, nos quedaremos en nuestra casa y organizaremos un “Encuentro” de toda la familia de San Jorge y Espíritu Santo. Ya se está trabajando en ello. Por eso mismo reservemos ese día para compartirlo con nuestros hermanos en la fe y con aquellos que deseen agregarse.

     Es bueno recordar siempre que la Comunidad cristiana es fundamentalmente la comunidad que cree en Cristo Jesús y así forma su familia visible. De otra manera sería, a decir del Papa Francisco, una ONG o una de las tantas instituciones humanas. También es bueno recordar que la vida de la familia cristiana, la comunidad, gira en torno a dos momentos (que hoy más que nunca son necesarios):

a. el momento celebrativo o litúrgico (lo que hace el pueblo para estar en comunión con Dios, su Padre). Su expresión más ordinaria y fuerte es la celebración de la Eucaristía dominical (en la que se condensa toda la fe), momento en el que Él los dones recibidos: el de la vida y el de haber sido salvados por Jesús.

b. el de los “encuentros” de la comunidad para celebrar que somos la familia de Jesús, para relacionarnos, conocernos, crear unión y todo lo que ello conlleva; esto es vivir “la caridad” con el otro.

     Ya tendría que estar superada la idea del ir al Templo para el “cumplimiento”, para encontrarme con “mi Dios” o para el “voy cuándo lo siento”. El Evangelio y las enseñanzas de nuestra Iglesia hoy son la de humanizar nuestra vida cristiana y divinizar nuestra vida humana.

Durante el año tenemos estas propuestas. Tratemos de dar un paso para ser consecuentes con lo que decimos creer.

SABADO 2: CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS DIFUNTOS


Capilla Espíritu Santo a las 17 hs.

Templo Parroquial a las 18 hs.

Pueden traer los nombres de los difuntos de la familia o amigos

para recordarlos en la Celebración Eucarística.

CELEBRACIONES DEL 1 Y 2 DE NOVIEMBRE




VIERNES 1: FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

 

Capilla Espíritu Santo a las 18 hs.

 

Templo Parroquial a las 20 hs.

FINALIZA EL AÑO DE LA FE


El 23 de noviembre concluye esta etapa que la Iglesia, por intermedio del Papa Benedicto XVI y por continuación del Papa Francisco, quiso poner en práctica para que nuestra fe sea más auténtica y fuerte tanto en ser conocida como en ser vivida. Ya se habían puesto a la consideración de toda la Iglesia las virtudes sobrenaturales de la Caridad (amor – ágape) y de la Esperanza.

     Estas tres virtudes, donadas por Dios, son el fundamento de nuestra vida de cristianos.

¿Hemos crecido en este año con esta propuesta o hemos preferido seguir con nuestras ideas y convicciones?

¿Nuestra fe es de simple conocimiento o de vida?

¿Tiene algo que decir nuestra fe cristiana a nuestra realidad humana: familia, trabajo, relaciones con los demás?

PAPA FRANCISCO: EJEMPLO DE CONVERSION

El Papa Francisco, figura verdaderamente renovadora de la iglesia, es un hombre de 76 años que nos sorprende por su cambio. Su posición es diferente y se puede comprender sólo a la luz de la acción del Espíritu Santo. ¿Quién conoció a Bergoglio así? Algunas consideraciones: 1. El Espíritu guía a la Iglesia de muchas y variadas maneras… Juan Pablo II lo hizo con su carisma, su juventud y simpatía, dando a conocer a la Iglesia con sus numerosos viajes. Benedicto XVI puntualizó y reafirmó los dones sobrenaturales con sus encíclicas sobre la Fe, la Esperanza y la Caridad. Francisco lo hace dirigiendo su mirada hacia lo esencial e importante del mensaje cristiano, sobre todo la misericordia de Dios Cada uno con sus dones y carismas va dando forma al rostro de Cristo que es la Iglesia. 2. Para lograrlo, estas personalidades de la Iglesia se han “dejado conducir” por el Espíritu que se manifiesta en las realidades concretas de la vida de las personas y de las estructuras. Para esto “hay que tener fe” y no confiar sólo y excesivamente en uno mismo. Francisco pone en evidencia ese don de la fe que es capaz de transportar montañas y cambiar lo que tiene que cambiar aunque haya resistencias. También nosotros tenemos esta oportunidad ya que no es prerrogativa del Papa o de “algunos”. El don del Espíritu Santo es para toda la Iglesia de la que somos parte insustituible. Pero para esto tenemos que crecer en la fe (“¡aumenta nuestra fe!”) y ser dóciles a la voz del Espíritu. El Papa Francisco seguramente descubrió esa voz escuchando a los cardenales antes del Cónclave que pedían un cambio de ruta en la Iglesia. Francisco va “adelante” marcando el camino; “en medio” como un hijo más de la Iglesia; “atrás” para protegernos y ayudar a los que se sienten cansados.

miércoles, 2 de octubre de 2013

LA FAMILIA ES PARTE DEL PROYECTO DE DIOS Y LA MISIÓN PARTE DE NUESTRO SER DISCIPULOS

Queridas familias:
En el mes de octubre se celebra el mes de la Familia y de las Misiones. Me permito dos pequeñas y sencillas reflexiones al respecto.
La primera es sobre la familia (papá, mamá e hijos): ¿es proyecto de Dios o invento cultural?
La revelación contenida en la Biblia (que es para todos los hombres) nos dice en el Génesis que Dios creó al hombre a su imagen (1,26) y que “varón y mujer los creó” (1,27). Más adelante agrega: “por lo tanto el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una cosa sola” (2,24). Jesús mismo, en su tiempo y frente a la dureza de corazón de los hombres, retomará estos mismos principios para la “nueva humanidad”, su Reino, que El viene a restaurar.
La familia está pensada, por lo tanto, como es Dios, esto es, trinidad, y Dios se hace presente en el mundo por medio de la familia. Si es reflejo de Dios, la familia también tiene sus mismas características: es una unidad (“una sola cosa”), indivisible, y es fiel para siempre: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre” (Mt. 19,4).

ACTIVADES DEL MES

1. COLECTA PARA LAS MISIONES
     Esta Colecta se realizará el sábado 12 y domingo 13. Es un acto de solidaridad (término que según el Papa es “mala palabra” para el sistema capitalista, pero buena para la esencia cristiana). Es la ayuda que como “Iglesia” brindamos para que el mensaje de Jesús pueda llegar a todas partes con medios adecuados. Para que sea efectiva, la colecta tiene que estar acompañada por la oración. Además, como ya dijimos, es importante que pensemos que, como discípulos de Jesús, somos enviados a anunciar su mensaje.                     

2. CINE  PARA TODOS
Como parte del “Mes de la Familia” se nos invita el 12 de octubre a compartir una película en el Salón Parroquial  relacionada con la familia hoy. Será un momento de esparcimiento. El evento está previsto para las 15,30 hs. El costo simbólico es de  $2 los mayores. Los menores tienen que estar acompañados por algún adulto. Lo recaudado servirá para ayudar a solventar la salida de los chicos de Catequesis y Apoyo escolar en el mes de noviembre. Por eso es importante que participen los papás de estas dos actividades. Es abierto a toda la Comunidad y a los que quieran participar.

3. MATEADA FAMILIAR

Para concluir el mes de la Familia se programó una tarde familiar el día 26 de octubre a las 16 hs. Reflexionaremos en grupitos sobre algún testo de la Escritura para compartir el proyecto de Jesús, afianzar el conocimiento entre nosotros y buscar re-crear unidad. Es una actividad abierta a todos y la participación dependerá de nosotros para invitar e involucrarnos en bien de nuestras familias.



EL RINCON DE LA CATEQUESIS

Se transcribe a continuación la catequesis del Papa Francisco, importante documento para poder entender, dentro de nuestra fe, el rol de la Iglesia.
           
La Iglesia es nuestra Madre y todos somos parte de Ella

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
Retomamos hoy la catequesis sobre la Iglesia en este "Año de la fe". Entre las imágenes que el Concilio Vaticano II ha elegido para hacernos entender mejor la naturaleza de la Iglesia, está la de "madre": la Iglesia es nuestra madre en la fe, en la vida sobrenatural (cfr. Cost. dogm. Lumen gentium, 6.14.15.41.42). Es una de las imágenes más usadas por los Padres de la Iglesia en los primeros siglos y creo que puede ser útil también para nosotros. Para mí es una de las imágenes más bellas de la Iglesia: ¡la Iglesia madre! ¿En qué sentido y en qué forma la Iglesia es madre? Partamos de la realidad humana de la maternidad: ¿qué hace una madre?
1. En primer lugar una madre genera la vida, lleva en su vientre durante nueve meses al propio hijo y después lo abre a la vida, generándolo. Así es la Iglesia: nos genera en la fe, por obra del Espíritu Santo que la hace fecunda, como la Virgen María. La Iglesia y la Virgen María son madres, ambas; y lo que se dice de la Iglesia se puede decir también de la Virgen y lo que se dice de la Virgen se puede decir también de la Iglesia. Cierto es que la fe es un acto personal: "yo creo", yo personalmente respondo a Dios que se hace conocer y quiere entrar en amistad conmigo (cfr Enc. Lumen fidei, n. 39). Pero la fe yo la recibo de otros, en una familia, en una comunidad que me enseña a decir "yo creo", "nosotros creemos". ¡Un cristiano no es una isla! Nosotros no nos hacemos cristianos en un laboratorio, solos y con nuestras fuerzas, sino que la fe es un don de Dios que nos viene dado por la Iglesia a través de la Iglesia. Y la Iglesia nos da la vida de fe en el bautismo: ese es el momento en que nos hace nacer como hijos de Dios, el momento en el que nos dona la vida de Dios, nos genera como madre.
Si ustedes van al Baptisterio de San Juan de Letrán, hay una inscripción en latín que dice más o menos así: "Aquí nace un pueblo de estirpe divina, generado por el Espíritu Santo que fecunda estas aguas, la Madre Iglesia da a luz a sus hijos en estas olas". Esto nos hace entender algo importante: nuestro formar parte de la Iglesia no es un hecho exterior y formal, no es rellenar una carta que nos dan, sino que es un acto interior y vital: no se pertenece a la Iglesia como se pertenece a una sociedad, a un partido o a cualquier otra organización. La unión es vital, como la que se tiene con la propia madre, porque, como afirma san Agustín, "la Iglesia es realmente madre de los cristianos". Preguntémonos ahora: ¿cómo veo yo la Iglesia? ¿Agradezco también a mis padres porque me han dado la vida, agradezco a la Iglesia porque me ha generado en la fe a través del bautismo? ¿Cuántos cristianos recuerdan la fecha de su bautizo?
Quisiera hacer esta pregunta aquí a ustedes, pero que cada uno responda en su corazón: ¿cuántos de ustedes recuerdan la fecha de su bautizo? Algunos levantan las manos, pero ¡cuántos no la recuerdan! Pero la fecha del bautizo es la fecha de nuestro nacimiento a la Iglesia, y la fecha en la que nuestra madre Iglesia nos ha dado a luz. Y ahora les dejo una tarea para casa. Cuando hoy ustedes vuelvan a casa, vayan a buscar bien cuál es la fecha del bautismo, y esto para festejarlo, para dar gracias al Señor por este don ¿Lo harán? ¿Amamos la Iglesia como se ama a la propia madre, sabiendo también comprender sus defectos? Todas las madres tienen defectos, todos tenemos defectos, pero cuando se habla de los defectos de la madre nosotros los cubrimos, los amamos así. Y la Iglesia tiene también sus defectos: ¿la amamos así como a la madre, la ayudamos a ser más bella, más auténtica, más según el Señor? Les dejo estas preguntas, pero no se olviden de la tarea: buscar la fecha del  bautismo para tenerla en el corazón y festejarla. 
2. Una madre no se limita a dar la vida, si no que con gran cuidado ayuda a sus hijos a crecer, les da la leche, los alimenta, enseña el camino de la vida, los acompaña siempre con sus atenciones, con su afecto, con su amor, también cuando son mayores. Y en esto sabe también corregir, perdonar, comprender, saber estar cerca en la enfermedad, en el sufrimiento. En una palabra, una buena madre ayuda a los hijos a salir de sí mismos, a no quedarse cómodamente bajo las alas maternas, como una cría de pollo que está bajo las alas de la gallina. La Iglesia como buena madre hace lo mismo: acompaña nuestro crecimiento transmitiendo la Palabra de Dios, que es una luz que nos indica el camino de la vida cristiana; administrando los sacramentos. Nos alimenta con la eucaristía, nos lleva el perdón de Dios a través del sacramento de la reconciliación, nos sostiene en el momento de la enfermedad con la unción de enfermos. La Iglesia nos acompaña en toda nuestra vida de fe, en toda nuestra vida cristiana. Podemos hacernos entonces otras preguntas: ¿qué relación tengo con la Iglesia?, ¿la siento como madre que me ayuda a crecer como cristiano?, ¿participo en la vida de la Iglesia, me siento parte de ella?, ¿mi relación es formal o es vital?
3. Un tercer breve pensamiento. En los primeros siglos de la Iglesia, estaba bien clara una realidad: la Iglesia, mientras es madre de los cristianos, mientras "hace" los cristianos, está también "hecha" de ellos. La Iglesia no es algo distinto de nosotros mismos, pero vista como la totalidad de los creyentes, como el "nosotros" de los cristianos: yo, tú, nosotros somos parte de la Iglesia. San Jerónimo escribía: "La Iglesia de Cristo no es otra cosa sino las almas de los que creen en Cristo".  Por tanto, la maternidad de la Iglesia la vivimos todos, pastores y fieles.
A veces escucho: "yo creo en Dios pero no en la Iglesia... He oído que la Iglesia dice...los curas dicen..." Pero una cosa son los sacerdotes, la Iglesia no está formada solo de sacerdotes, ¡la Iglesia somos todos! Y si vos decís que creés en Dios y no creés en la Iglesia, estás diciendo que no creés en vos mismo; y esto es una contradicción. La Iglesia somos todos, desde el niño recién bautizado hasta los obispos, el papa; ¡todos somos Iglesia y todos somos iguales a los ojos de Dios! Todos estamos llamados a colaborar al nacimiento de la fe de nuevos cristianos, todos estamos llamados a ser educadores en la fe y a anunciar el Evangelio. Cada uno que se pregunte: ¿qué hago yo para que otros puedan compartir la fe cristiana? ¿Soy fecundo en mi fe o cerrado? Cuando repito que amo una Iglesia no cerrada en su recinto, pero capaz de salir, de moverme, también con algún riesgo, para llevar a Cristo a todos, pienso a todos, a mí, a vos, ¡a cada cristiano! Todos participamos de la maternidad de la Iglesia, para que la luz de Cristo alcance los extremos de los confines de la tierra. ¡Y viva la Santa Madre Iglesia!


LAS COLMENAS

En el mes de septiembre hemos festejado la dedicación y consagración de la Capilla Espíritu Santo, para estos acontecimientos nos hemos valido de una imagen: las colmenas, como signo de la comunidad.
Todos sabemos que las colmenas son comunidades extremadamente organizadas. Cientos de abejas vuelan día tras día en busca de polen para generar la miel necesaria para el proceso natural de la colmena. Pero sucede que mientras un gran grupo de abejas están trabajando en conseguir la materia prima hay otras que se quedan en su “casa”.
Pensemos en estos días pasados de tanto calor: nos acostumbramos a poner el ventilador o el aire acondicionado para refrescar nuestras casas. Se pone agradable la frescura hogareña. Pero, ¿cómo se comportan las abejas en su comunidad? En la colmena no hay ventiladores ni aire acondicionado y, cuando el calor aumenta, el peligro se incrementa: las altas temperaturas pueden provocar que la miel y la cera se derritan y crear un caos, grandes pérdidas “monetarias” y de vidas. En estos casos, las laboriosas abejas diseñaron un plan para refrigerar la colmena. Las abejas que no vuelan para buscar polen se quedan en casa, pero no para descansar, sino para crear un ventilador gigante con sus alas: aletean en la entrada de la colmena en un proceso de aireación que logra hacer salir el aire viciado y caliente de la colmena introduciendo con el movimiento de sus alas aire fresco y renovado. No se cansan de aletear, no se cansan de intercambiar el aire. Ahora bien, el éxito depende del esfuerzo de cada una de ellas pues es imposible que con una sola abeja se pueda refrigerar la colmena: hace falta el trabajo mancomunado de cientos de ellas para lograrlo.

De este modo se cuida la unidad de la comunidad: no es el trabajo de algún iluminado solitario y también es imposible cuidarla sólo con el esfuerzo de algunos. La unidad en la comunidad es el trabajo unificado de muchos que alineados con un objetivo desean que todos crezcan.
Para hacerlo hay que imitar a las abejas, sacar de nuestras comunidades el aire caliente y contaminado de los malos pensamientos, los chusmeríos, la envidia, los celos, las peleas, los rencores, la falta de perdón, del orgullo, para introducir la frescura del aire del Espíritu, su Gracia y su amor en la iglesia, que es comunidad.




EL SALON PREPARADO PARA LA GRAN FIESTA DE LOS 15


DE NUESTRA HIJA, LA CAPILLA ESPIRITU SANTO

ECOS DE LA FIESTA



El jueves 19 de septiembre se cumplieron los esperados 15 años de la consagración de la Capilla Espíritu Santo.
En la comunidad esperamos con ansias la llegada de este día que preparamos con esmero y dedicación.
Muchas personas donamos tiempo, esfuerzo y creatividad para lograr tal objetivo.
Tomamos como ejemplo a la colmena, en donde las abejas trabajan unidas por el bien común, cada una ocupando su lugar para lograr producir la miel.
Ese jueves, a las 20 hs participamos de la celebración de la Eucaristía y a  pesar de ser día de semana nos acompañaron muchas personas, algunas de las cuales trabajaron para que la Capilla fuera una realidad y recordaron el 19 de septiembre de 1998.
Para nuestra alegría nos acompañó el arquitecto Fabian Papini con su familia, quien no solo diseño la Capilla sino que participo en su construcción.
También se hizo memoria de los bienhechores, de aquellos que participaron muy activamente y ya no están entre nosotros pero que nos guían y hoy comparten la gloria de Dios Padre.
Luego compartimos un café calentito acompañado con cosas ricas preparadas por personas de la comunidad y disfrutamos recordando anécdotas de la construcción.
Los días siguientes fueron de mucho trabajo preparando el templo, esperando la celebración del día domingo y acondicionando el salón parroquial para lo que sería la gran fiesta. Para tal fin las mesas fueron adornadas por hermosos manteles, vajilla y centros de mesa realizados por personas de la comunidad; globos de colores, carteles alusivos y un enorme friso que cubría las paredes laterales del salón semejando un panal con fotos de estos 15 años de toda la comunidad.
La misa del domingo 22 estuvo presidida por nuestro obispo, monseñor Rubén Frassia, que como siempre tuvo palabras de afecto para la comunidad.
A las 13 hs, en el salón parroquial, recibimos a los comensales con una copita de vino  y  tostaditas con queso saborizado; personas de la comunidad animaron en todo momento el evento.
Y comenzó el almuerzo, al que no le falto nada; de entrada: empanadas, luego un asado regado por buen vino y acompañado con ensalada y berenjenas en escabeche, todo preparado con mucho amor.
Un momento muy emotivo fue la presentación de un video con fotos que mostraron el lugar donde hoy está la Capilla; los pasos de la construcción hasta llegar a la consagración por Monseñor Desiderio Colino; se recordó en imágenes el primer casamiento, el de Laura y Fabian Papini, y varios momentos más que nos emocionaron hasta las lágrimas.
El padre Darío recordó también con sentidas palabras a quienes aportaron ideas, trabajo y donaciones para lograr la edificación y en la persona de Oscar Mascherpa, uno de los precursores del proyecto, agradeció a tantos colaboradores. 
Bailamos y cantamos al sonido de la música de una banda de bella gente solidaria que donó su actuación.
No nos olvidemos del postre: alfajor helado; luego cantamos el feliz cumpleaños con el tradicional brindis con torta y un rico café.
Finalizamos sorteando el bono contribución con un premio de un viaje a Cataratas del Iguazú para dos personas que se realizó para poder abaratar los costos de la fiesta.
Vivimos gratos momentos, intensos. Que Dios Padre nos siga acompañando y el Espíritu Santo impulsando para seguir unidos y trabajando por el bien común.

La persona que se ganó el viaje a Cataratas fue:

La Sra. HILDA GIOCONDA CASTELLI
DNI: 3.984.021.

Máximo Paz 164  -  Lanús O.

¡Muchísimas gracias!

Agradecemos a todos aquellos que colaboraron para que la realización de los festejos del decimoquinto aniversario de la Capilla fuera una realidad.
No nombraremos a cada uno porque siempre la memoria nos puede fallar, fueron muchos los que participaron y dedicaron tiempo dando su mejor esfuerzo para que todo saliera bien tanto en la celebración litúrgica con la participación de nuestro obispo Monseñor Rubén Frassia como en el almuerzo comunitario.

También les pedimos disculpas a los que no pudieron participar del almuerzo por falta de espacio físico, supimos desde un principio que en el salón de la capilla no lo podíamos hacer ya que su capacidad es para apenas 100 personas; pensamos entonces en el salón parroquial, pero también nos quedó chico; para la próxima pensaremos en otro lugar…

15 AÑOS DE LA CAPILLA ESPIRITU SANTO



El 19 de septiembre la Capilla Espíritu Santo cumplió sus primeros 15 años. Quisiera repasar algunos momentos significativos.

La idea y el comienzo: en el año 1990 surgió la inquietud de darle al lado oeste de la Parroquia un lugar de culto y de evangelización. Había que buscar el lugar y los fondos. Así, comenzó la recorrida por el barrio para ver qué posibilidades había. Después de un buen trajín se encontró la casa que hoy ocupa la Capilla. Comenzaron entonces las tratativas con la ayuda e la Inmobiliaria Civeira (que tenía a cargo la venta y que nos apoyó desinteresadamente). El lugar ya estaba…, faltaban los fondos. Fue entonces cuando interesé a mi primo, al que conocen, y él informó a otros amigos de Gavardo (Brescia). Por medio de ellos se pudo conseguir el dinero para pagar el terreno y finalmente se hizo la compra. El día 5 de julio de 1991 se firmó la escritura a nombre del Obispado de Lomas de Zamora y con este acto se tomó posesión del terreno con la vieja casa casi destruida. Una de las primeras cosas que se realizó fue colocar en el frente la “cruz de la evangelización” para luego comenzar a limpiar el terreno.
En segundo término, comenzó la planificación, el proyecto de la nueva Capilla, que fue encargado a los arquitectos Ernesto Bersztein y Fabián Papini (este último vivía a tres cuadras del lugar). Armaron distintos planes, decidiéndose por el que hoy es una realidad. El proyecto tuvo en cuenta tanto la planimetría del terreno como el hecho estilístico de que la futura Capilla tuviese relación con el Templo Parroquial (ver la cruz del presbiterio), ya que era como una “hija” del mismo.
Los fondos para comenzar la obra se fueron juntando de a poco, con la participación de la comunidad  (se donaba una bolsa de cemento o cal, o ladrillos, etc.); también hubo ayuda de Italia. En este sentido, hay que destacar la colaboración del “Corralón Rocco” de doña Vicenta y Elena, con sus donaciones.
La construcción, que llevó varios años (primero la Capilla y luego el salón), estuvo a encargo de mi hermano Alejandro, bajo la dirección del arquitecto Fabián Papini (quien también donó sus servicios). Muchos hombres y mujeres de la Parroquia (este y oeste) trabajaron con entusiasmo para preparar los marcos de las ventanas, hacer las puertas y un sin número de trabajos necesarios.
Todavía sin techo se celebraba la Eucaristía para que la obra humana estuviese también acompañada con la bendición de Dios.

El nombre: cuando ya se acercaba la finalización de la Capilla se pidió a la comunidad participativa que indicasen “qué nombre le podríamos dar”. Se eligieron algunos pero el más votado -y creo que el más acertado- fue el de “Espíritu Santo”. Todo un programa para encarar esta etapa y la actividad de la Capilla: pusimos en el centro de esta nueva realidad a la Tercera Persona de la Trinidad como “alma” que da vida.
Así, llegó 19 de septiembre de 1998, día en el que se consagró y se dedicó la Capilla. En esta oportunidad participó Mons. Desiderio Collino, obispo de Lomas de Zamora (diócesis a la que pertenecíamos entonces). Fue una celebración sencilla pero muy emotiva. De esta manera se le ponía un sello a tantos sueños y trabajos de la Comunidad. ¡Todos tienen que estar orgullosos de esta realidad pues es obra de todos! Poco más tarde se comenzó la construcción del salón para las reuniones, la catequesis y “los encuentros”.
Misión: la idea que nunca se abandonó, al pensar y construir la Capilla, es que sirviera como lugar de culto para esa porción del territorio de la Parroquia San Jorge que la circundaba. De esta manera hoy en día los que viven en el lado oeste no tienen que cruzar las vías del ferrocarril ni para las celebraciones ni para la catequesis de los chicos.
Paralelamente otro objetivo fundamental era y es la que la Capilla pueda irradiar, por medio de los que participan comunitariamente, la “vida cristiana seria” hacia todo el barrio. En palabras sencillas: ser centro de evangelización. Esto implica ser una Comunidad cristiana con una vida interna fuerte porque tratamos de poner en práctica la Palabra de Dios con la ayuda especialmente de la Eucaristía, para poder contagiar a otros vecinos de la zona.
Como vemos hay mucho por hacer: la construcción terminó y con éxito; lo que no termina nunca es el crecimiento de todos los que participan y la obra misionera que cada uno desde su lugar está llamado a realizar a partir del don del Bautismo.
Hoy miramos para atrás y nos sentimos contentos y orgullosos. Que esto nos estimule para que miremos hacia adelante en el hoy de cada día, trabajando codo a codo con alegría y esperanza.
El Padre celestial agradecerá con grandes bendiciones a todos los que han trabajado con perseverancia, y a los que trabajaron y están con El ya le dio la recompensa.

¡Sigamos adelante!

EL PAPA FRANCISCO SE PUSO LA IGLESIA AL HOMBRO

Es innegable que hoy la figura del Papa Francisco es causa de alegría, esperanza y renovación. Francisco se puso desde el comienzo a la Iglesia sobre sus hombros causando entusiasmo y sorpresa, como dijo un obispo argentino: “ahora el Papa está hecho una Pascua. Le sonríe a todo el mundo”. Hasta los menos creyentes comienzan a mirar a la Iglesia con otros ojos. Pero ¿puede un solo hombre, aunque sea Papa, cargar con todo? Como él mismo nos dice, la “renovación” es posible, pero nos compete a todos, a cada uno desde su lugar; no obstante, en esto nunca estaremos solos: el Espíritu Santo nos acompañará siempre, como lo está acompañando a él.