miércoles, 2 de octubre de 2013

EL PAPA FRANCISCO SE PUSO LA IGLESIA AL HOMBRO

Es innegable que hoy la figura del Papa Francisco es causa de alegría, esperanza y renovación. Francisco se puso desde el comienzo a la Iglesia sobre sus hombros causando entusiasmo y sorpresa, como dijo un obispo argentino: “ahora el Papa está hecho una Pascua. Le sonríe a todo el mundo”. Hasta los menos creyentes comienzan a mirar a la Iglesia con otros ojos. Pero ¿puede un solo hombre, aunque sea Papa, cargar con todo? Como él mismo nos dice, la “renovación” es posible, pero nos compete a todos, a cada uno desde su lugar; no obstante, en esto nunca estaremos solos: el Espíritu Santo nos acompañará siempre, como lo está acompañando a él.

Francisco, como sucesor de Pedro y en cuanto su misión de pastor (con los otros obispos), va “adelante para indicar el camino; o en medio, para mantenerlo unido y neutralizar los desbandes; o detrás, para evitar que alguno se quede rezagado, pero también, y fundamentalmente, porque el rebaño mismo también tiene su olfato para encontrar nuevos caminos” (discurso al CELAM en Río de Janeiro, 28 de julio 2013).
La primavera de la Iglesia que se manifiesta con esta figura sencilla puede madurar mediante el compromiso y la responsabilidad de todos nosotros. No resulta suficiente asombrarnos, entusiasmarnos y elogiarlo por lo que vive y transmite, hay que dar un paso más….

Francisco, con su frescura, nos está presentado una manera de pastorear a la Iglesia de una manera que no estábamos acostumbrados, y esto es obra del Espíritu Santo. Abre también expectativas nuevas con una “libertad interior” muy profunda. Desconcierta a los que están a su lado, es espontáneo y no se ata a la tradición vaticanista. Es importante esta “libertad interior” y no estar tan atado a viejas culturas o estructuras caducas que no dicen nada al hombre de hoy. Ayudémoslo a llevar adelante esta renovación dejándonos transformar, como le sucedió a él, por medio del Espíritu Santo.

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