miércoles, 2 de octubre de 2013

15 AÑOS DE LA CAPILLA ESPIRITU SANTO



El 19 de septiembre la Capilla Espíritu Santo cumplió sus primeros 15 años. Quisiera repasar algunos momentos significativos.

La idea y el comienzo: en el año 1990 surgió la inquietud de darle al lado oeste de la Parroquia un lugar de culto y de evangelización. Había que buscar el lugar y los fondos. Así, comenzó la recorrida por el barrio para ver qué posibilidades había. Después de un buen trajín se encontró la casa que hoy ocupa la Capilla. Comenzaron entonces las tratativas con la ayuda e la Inmobiliaria Civeira (que tenía a cargo la venta y que nos apoyó desinteresadamente). El lugar ya estaba…, faltaban los fondos. Fue entonces cuando interesé a mi primo, al que conocen, y él informó a otros amigos de Gavardo (Brescia). Por medio de ellos se pudo conseguir el dinero para pagar el terreno y finalmente se hizo la compra. El día 5 de julio de 1991 se firmó la escritura a nombre del Obispado de Lomas de Zamora y con este acto se tomó posesión del terreno con la vieja casa casi destruida. Una de las primeras cosas que se realizó fue colocar en el frente la “cruz de la evangelización” para luego comenzar a limpiar el terreno.
En segundo término, comenzó la planificación, el proyecto de la nueva Capilla, que fue encargado a los arquitectos Ernesto Bersztein y Fabián Papini (este último vivía a tres cuadras del lugar). Armaron distintos planes, decidiéndose por el que hoy es una realidad. El proyecto tuvo en cuenta tanto la planimetría del terreno como el hecho estilístico de que la futura Capilla tuviese relación con el Templo Parroquial (ver la cruz del presbiterio), ya que era como una “hija” del mismo.
Los fondos para comenzar la obra se fueron juntando de a poco, con la participación de la comunidad  (se donaba una bolsa de cemento o cal, o ladrillos, etc.); también hubo ayuda de Italia. En este sentido, hay que destacar la colaboración del “Corralón Rocco” de doña Vicenta y Elena, con sus donaciones.
La construcción, que llevó varios años (primero la Capilla y luego el salón), estuvo a encargo de mi hermano Alejandro, bajo la dirección del arquitecto Fabián Papini (quien también donó sus servicios). Muchos hombres y mujeres de la Parroquia (este y oeste) trabajaron con entusiasmo para preparar los marcos de las ventanas, hacer las puertas y un sin número de trabajos necesarios.
Todavía sin techo se celebraba la Eucaristía para que la obra humana estuviese también acompañada con la bendición de Dios.

El nombre: cuando ya se acercaba la finalización de la Capilla se pidió a la comunidad participativa que indicasen “qué nombre le podríamos dar”. Se eligieron algunos pero el más votado -y creo que el más acertado- fue el de “Espíritu Santo”. Todo un programa para encarar esta etapa y la actividad de la Capilla: pusimos en el centro de esta nueva realidad a la Tercera Persona de la Trinidad como “alma” que da vida.
Así, llegó 19 de septiembre de 1998, día en el que se consagró y se dedicó la Capilla. En esta oportunidad participó Mons. Desiderio Collino, obispo de Lomas de Zamora (diócesis a la que pertenecíamos entonces). Fue una celebración sencilla pero muy emotiva. De esta manera se le ponía un sello a tantos sueños y trabajos de la Comunidad. ¡Todos tienen que estar orgullosos de esta realidad pues es obra de todos! Poco más tarde se comenzó la construcción del salón para las reuniones, la catequesis y “los encuentros”.
Misión: la idea que nunca se abandonó, al pensar y construir la Capilla, es que sirviera como lugar de culto para esa porción del territorio de la Parroquia San Jorge que la circundaba. De esta manera hoy en día los que viven en el lado oeste no tienen que cruzar las vías del ferrocarril ni para las celebraciones ni para la catequesis de los chicos.
Paralelamente otro objetivo fundamental era y es la que la Capilla pueda irradiar, por medio de los que participan comunitariamente, la “vida cristiana seria” hacia todo el barrio. En palabras sencillas: ser centro de evangelización. Esto implica ser una Comunidad cristiana con una vida interna fuerte porque tratamos de poner en práctica la Palabra de Dios con la ayuda especialmente de la Eucaristía, para poder contagiar a otros vecinos de la zona.
Como vemos hay mucho por hacer: la construcción terminó y con éxito; lo que no termina nunca es el crecimiento de todos los que participan y la obra misionera que cada uno desde su lugar está llamado a realizar a partir del don del Bautismo.
Hoy miramos para atrás y nos sentimos contentos y orgullosos. Que esto nos estimule para que miremos hacia adelante en el hoy de cada día, trabajando codo a codo con alegría y esperanza.
El Padre celestial agradecerá con grandes bendiciones a todos los que han trabajado con perseverancia, y a los que trabajaron y están con El ya le dio la recompensa.

¡Sigamos adelante!

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