En el mes de septiembre hemos festejado la dedicación
y consagración de la
Capilla Espíritu Santo, para estos acontecimientos nos hemos
valido de una imagen: las colmenas, como signo de la comunidad.
Todos sabemos que las colmenas son comunidades
extremadamente organizadas. Cientos de abejas vuelan día tras día en busca de
polen para generar la miel necesaria para el proceso natural de la colmena.
Pero sucede que mientras un gran grupo de abejas están trabajando en conseguir
la materia prima hay otras que se quedan en su “casa”.
Pensemos en estos días pasados de tanto calor: nos
acostumbramos a poner el ventilador o el aire acondicionado para refrescar
nuestras casas. Se pone agradable la frescura hogareña. Pero, ¿cómo se comportan
las abejas en su comunidad? En la colmena no hay ventiladores ni aire
acondicionado y, cuando el calor aumenta, el peligro se incrementa: las altas
temperaturas pueden provocar que la miel y la cera se derritan y crear un caos,
grandes pérdidas “monetarias” y de vidas. En estos casos, las laboriosas abejas
diseñaron un plan para refrigerar la colmena. Las abejas que no vuelan para
buscar polen se quedan en casa, pero no para descansar, sino para crear un
ventilador gigante con sus alas: aletean en la entrada de la colmena en un
proceso de aireación que logra hacer salir el aire viciado y caliente de la
colmena introduciendo con el movimiento de sus alas aire fresco y renovado. No
se cansan de aletear, no se cansan de intercambiar el aire. Ahora bien, el éxito
depende del esfuerzo de cada una de ellas pues es imposible que con una sola
abeja se pueda refrigerar la colmena: hace falta el trabajo mancomunado de
cientos de ellas para lograrlo.
De este modo se cuida la unidad de la comunidad: no es
el trabajo de algún iluminado solitario y también es imposible cuidarla sólo con
el esfuerzo de algunos. La unidad en la comunidad es el trabajo unificado de
muchos que alineados con un objetivo desean que todos crezcan.
Para hacerlo hay que imitar a las abejas, sacar de
nuestras comunidades el aire caliente y contaminado de los malos pensamientos,
los chusmeríos, la envidia, los celos, las peleas, los rencores, la falta de
perdón, del orgullo, para introducir la frescura del aire del Espíritu, su
Gracia y su amor en la iglesia, que es comunidad.
EL SALON PREPARADO PARA LA GRAN FIESTA DE LOS 15
DE NUESTRA HIJA, LA CAPILLA ESPIRITU SANTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario