Queridas
familias:
En el mes de octubre se celebra el mes de la Familia y de las Misiones.
Me permito dos pequeñas y sencillas reflexiones al respecto.
La primera es sobre la familia (papá, mamá e
hijos): ¿es proyecto de Dios o invento cultural?
La revelación contenida en la Biblia (que es para todos
los hombres) nos dice en el Génesis que Dios creó al hombre a su imagen (1,26)
y que “varón y mujer los creó” (1,27). Más adelante agrega: “por lo tanto el
hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una
cosa sola” (2,24). Jesús mismo, en su tiempo y frente a la dureza de corazón de
los hombres, retomará estos mismos principios para la “nueva humanidad”, su
Reino, que El viene a restaurar.
La familia está pensada, por lo tanto, como es
Dios, esto es, trinidad, y Dios se hace presente en el mundo por medio de la
familia. Si es reflejo de Dios, la familia también tiene sus mismas
características: es una unidad (“una sola cosa”), indivisible, y es fiel para
siempre: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre” (Mt. 19,4).
Sin embargo, vemos que hoy la realidad es otra
y creo se debe a nuestra “dureza de corazón” para aceptar el proyecto de Dios y
para acomodarnos a lo que sentimos o deseamos, o a lo que otros nos inculcan.
El hombre quiere ser artífice de sí mismo, independientemente de su creador.
Por el contrario, cristiano es aquel que ha
hecho una elección frente a la propuesta de Jesús y la lleva adelante con su
ayuda, acercándose permanentemente a Él. Debemos reflexionar sobre todo esto,
tanto para hacerlo práctica entre nosotros como para transmitirlo a los demás.
Transmitirlo… Es el segundo tema del mes
dedicado a las misiones. Pero… ¿qué significa? Transmitir es llevar adelante, para
comunicarlo, el mensaje de Jesús puesto que el mensaje no es algo privado: Jesús
lo ofrece a todos para que cada uno, a su vez, lo retransmita sin imponerlo,
sino siguiendo la propuesta que El hace.
Por el bautismo, al ser cristianos, tenemos
esta responsabilidad; no obstante, es una realidad que todavía no hemos comprendido
suficientemente. En este mes se nos propone que meditemos sobre estas
cuestiones y que comencemos caminar por el bien del Reino. Contamos además para
esto con el empuje y orientación de nuestro Papa Francisco.
Que Dios bendiga a nuestras familias y a nuestra
tarea evangelizadora.
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