martes, 31 de mayo de 2011

“EL ESPIRITU SANTO NOS DA SUS DONES”

Queridas familias:
En este mes de junio se completa el llamado “Tiempo Pascual” con la Fiesta del Espíritu Santo. El mes pasado decíamos que el Espíritu Santo completa, lleva a su plenitud la obra redentora de Jesús. Esta fiesta es parte de la Pascua, su broche de oro ya que nos permite ser incluidos en esta nueva realidad que es Reino de Dios, y que se expresa en la Iglesia (ya en otras oportunidades dijimos algo sobre ella…).
¿Cómo hace el Espíritu Santo para llevarnos a la plenitud de Hijos de Dios?: comunicándonos sus “dones”. Éstos son “regalos” (por un lado: ni el Espíritu está obligado a dárnoslos, ni nosotros a exigirlos; por otro: se nos pueden dar todos o algunos. Es más fácil que solo algunos).
¿Qué utilidad tienen estos dones?: nos disponen para que podamos ser  dóciles a los impulsos del Espíritu Santo y además completan, llevando a su perfección, las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad de quienes los reciben.

RESEÑA HISTÓRICA DE NUESTRA PARROQUIA

El 31 de enero de 1947 asume la Dirección del oratorio el P. Luis Balbi siempre con la ayuda de distintos sacerdotes salesianos. Hay que destacar que ya  desde los comienzos de al fundación el Oratorio contó con la colaboración como catequista al Hermano Coadjutor Salesiano Ramón Sánchez.
El P. Balbi desarrolló una intensa actividad pastoral en la zona, con la colaboración también de las Hermanas de María Auxiliadora. Fueron muchos años en los que se fue afianzando una comunidad. Ya en esa época el P. Balbi se quedó viviendo en el Oratorio, en un sector de lo que hoy es el salón parroquial, sobre la calle Mamberti. Una situación precaria, como lo era todo en aquello tiempos.

ORACION AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo, Tú actuaste de una manera admirable en el corazón de las mujeres y los hombres que amaban a Jesús cuando estaban todos juntos en el cenáculo. Hoy te pedimos también por los hombres, mujeres y niños que participan de nuestra Comunidad, tu pequeña Iglesia.
Necesitamos también nosotros de tu acción transformadora; necesitamos tu visita capaz de convertir nuestros corazones endurecidos por las circunstancias de nuestro mundo actual, pero también por nuestros egoísmos, falta de apertura, disponibilidad, confianza.
Necesitamos de Ti para conocer y vivir el proyecto del Padre sobre cada uno de nosotros y también sobre nuestra Comunidad.
Te necesitamos para que pongas calor en nuestro corazón, ardor en nuestras acciones, ganas en nuestras intenciones y así, como aquellos hombres y mujeres del primer Pentecostés, también nosotros podamos ser testigos de Cristo para  la construcción de Reino.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus hijos y enciende en nosotros el fuego de tu amor. Amen

12 DE JUNIO FIESTAS PATRONALES DE LA CAPILLA “ESPÍITU SANTO”



El domingo 12 de junio, Pentecostés, celebramos las Fiestas Patronales de nuestra Capilla que está ubicada en la calle Guido 351 de Lanús Oeste.  Para los que participan de la Capilla lo importante no son tanto las celebraciones externas, con muchos actos, fuegos de artificios, sino que la fiesta es poder estar todos “reunidos”, creciendo en la vida de la fe, como lo relatan los Hechos de los Apóstoles 1,13-14. Porque  el Espíritu Santo es el que hace la unidad en la diversidad. Es Él quién hace crecer a la comunidad tanto en número como en calidad cristiana. Por eso más que nunca tenemos que invocarlo pues lo necesitamos.
Estos festejos-oración comenzarán el sábado 11 a las 18 hs. con la vigilia de preparación. Trataremos de penetrar en el misterio de esta Persona de la Santísima Trinidad dejándonos conducir por ella y alabando al Dios Trino por medio de su Hijo Jesús en el sacrificio-cena de la Misa propia de la vigilia.

SENTIDO DE LOS SIGNOS EN LA MISA: 4. EL SALUDO DE LA PAZ

Este gesto antes de la Comunión se ha convertido en un gesto sin demasiado sentido; se lo realiza por rutina; ya antes de la invitación al saludo que realiza sea el presbítero o el diácono motivándolo, muchos están dándose la mano, etc. ¿Pero que significado tiene? Veamos.
En el rito ambrosiano (el que se usa en la diócesis de Milán) este gesto está puesto antes del ofertorio, antes de llevar las ofrendas al altar. ¿Por qué? Precisamente por aquello que dice Jesús en el Sermón de la Montaña (Mt. 5,20): “Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en al altar te  acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda sobre el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda”

COMUNIDAD Y CARIDAD

Cuando se habla de Caritas, comúnmente se piensa en algunas personas mayores que juntan ropa usada, que se encargan de su distribución a los pobres; se piensa también en la colecta de alimentos que todos los meses se realiza el último sábado y domingo del mes con su correspondiente distribución. Esta idea no es errada pues son actividades que desarrolla el grupito de Caritas unido al buscar “evangelizar” a los que se acercan. Pero si nos quedamos con este concepto corremos el riesgo de confundirla simplemente con un servicio socio-asistencial.
Caritas no es el conjunto de estas actividades dirigidas a personas necesitadas, sino que  éstas son consecuencias, el resultado de algo mayor  y profundo: de un etilo de vida, una manera de ser comunidad, fruto de una conversión. ¿LA COMUNIDAD CRISTIANA ES CARITAS!

martes, 24 de mayo de 2011

La Última Cima

Pablo, sacerdote, sabía que iba a morir joven y deseaba hacerlo en la montaña. Entregó su vida a Dios… y Dios aceptó la oferta. Ahora dicen que está vivo. Pablo era conocido y querido por un número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de su muerte. Muestra la huella profunda que puede dejar un buen sacerdote, en las personas con las que se cruza. Y provoca en el espectador una pregunta comprometedora: ¿también yo podría vivir así?


http://pccine.blogspot.com/2010/06/la-ultima-cima.html

martes, 3 de mayo de 2011

“EL ESPIRITU SANTO COMPLETA LA OBRA DE CRISTO”


Queridas familias:

Este mes es parte de los 50 días que separan los acontecimientos de la Muerte y resurrección de Cristo con el don del Espíritu Santo o Pentecostés (12 de junio).
Si bien para los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas estos acontecimientos están separados, para Juan son un único acontecimiento Pascual. Pedagógicamente es importante la separación pues nos da tiempo para “prepararnos”. En Lc. 24, 29 se dice: “Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto…..Los discípulos volvieron a Jerusalén con gran alegría y permanecían continuamente en el templo alabando a Dios”. También pueden leer: Hechos de los Apóstoles 1, v. 8, 12, 13 y 14
     La Fiesta del Espíritu Santo va preparada para que El lleve a su plenitud la obra de Cristo. Sin El nos quedamos a medio camino y nuestro ser cristianos no tendría “sentido”. Lo vemos también en los discípulos de Jesús: vivieron con El durante tres años, lo escucharon, lo vieron actuar pero nada se modificó en ellos. Cuando la situación se puso insostenible (la Pasión y la muerte de Jesús), no quedó nadie a su lado, se borraron y vivían llenos de temor (Jn. 20, 19). Recién, cuando recibieron el don prometido, las cosas cambiaron: se acordaron de todo lo que Jesús les había enseñado, lo que habían visto, y sus corazones fueron convertidos: del temor pasaron al ardor. Ya nada fue igual; comenzaba a construirse el Reino de Dios por medio de una semilla llamada Iglesia (comunidad o asamblea creyente).
     Esto que la Palabra de Dios nos presenta, ¿qué nos dice? ¡Que la conversión es obra del Espíritu Santo, no nuestra!
Que tenemos que prepararnos, como los discípulos, para recibirlo y esto quiere decir estar dispuestos, a pesar de todo, a ser dóciles (dejarnos conducir por mano) renunciando a absolutizar nuestros criterios, puntos de vista, visiones, etc.
Sin el Espíritu Santo la obra de Cristo no está completa, no podríamos comprender el valor de la Bienaventuranzas, menos vivirlas; la importancia de la Iglesia; superar la separación entre la fe y la vida. Nos quedamos a mitad de camino. Por eso los cincuenta días son un único acontecimiento Pascual que estamos invitados a vivir guiados por la Palabra de Dios.

¡Que Dios nos bendiga a todos!

                                                                           p. Darío

¿POR QUÉ CONFESAR CON UN CURA? Por monseñor Juan del Río Martín


El olvido o la negación del pecado  por parte del hombre moderno no significan que la realidad no exista, basta contemplar el panorama diario del mundo para percatarnos de que el pecado y el mal está ahí; hace estragos en el corazón de las personas y de los pueblos. Todo eso no es un invento de la Iglesia para tener atemorizada a la gente, como dicen algunos.  Pero además, sucede que no podemos vivir sin la experiencia personal del perdón, ya que sería renunciar a la paz y a la tranquilidad de la conciencia. Ésta nos viene dada por la muerte y resurrección de Cristo, mediante la celebración del sacramento de la Penitencia según lo dispuesto por la Iglesia.

RESEÑA HISTÓRICA DE NUESTRA PARROQUIA





El 29 de marzo de 1930, por iniciativa de la Congregación Salesiana del Colegio Santa Catalina, se funda el "Oratorio Festivo San Jorge". Estaba presente el P. Inspector Jorge Seria, quien luego fue superior de la Congregación Salesiana. Como era muy devoto de San Jorge el Oratorio lleva ese nombre. También estaba presente la Banda del Colegio Pio IX de la Capital.
El objetivo de esta fundación era el de permitir a los alumnos de ese colegio que vivían en Lanús de tener su Oratorio cerca de sus casas. De esta manera la formación no se limitaba solamente al aspecto escolar (el del colegio) sino que podían  continuarla en el Oratorio según le método de Sam Juan Bosco. El Oratorio estaba dentro de la jurisdicción de la Parroquia del Sagrado Corazón, cuyo párroco en esa época era el P. Carlos Oya (cuyos restos están en el atrio de Templo del Sagrado Corazón).
 El “Oratorio San Jorge” inicialmente funcionaba en la casona existente en el actual predio y en dos tinglados que fueron construidos, uno paralelo a la calle Juncal y otro en el fondo del terreno, donde tiempo después, al crearse el Batallón 24 de Exploradores Don Bosco, sirvió para su asiento.
El Oratorio era "festivo" porque la actividad litúrgica se cumplía solamente los domingos y fiestas de guardar. En esos tiempos se celebraban tres misas: a las 7:30 - 8:30 y 9:30 horas. No se administraban los sacramentos del Bautismo y Matrimonio, porque para ello había que hacerlo en la Parroquia de la zona que era la del Sagrado Corazón.

LA REVOLUCION DE MAYO

Si es complejo el análisis del porqué de esa revolución hay algo que no lo podemos olvidar: la revolución es la búsqueda de un cambio estructural en vista de una autodeterminación. Claro que para llegar a ella pasaron como 300 años e influyeron ideologías, pensamientos y movimientos que venían de Europa.
     Hoy, con la velocidad de la comunicación, de la globalización, etc. las realidades cambian más vertiginosamente. También vemos que los cambios tienen como objetivo los intereses nacionales que por lo general son económicos. Ejemplo: lo de Libia. ¿Por qué ahora este cambio frente a la dictadura de Kadafi cuando hasta hace poco se lo recibía con alfombra roja en los estados Europeos? Y así se podrían multiplicar los ejemplos en estos últimos 50 años.

LAS OBRAS DE MISERICORDIA LA “MANERA” DE SER IGLESIA


Cuando Jesús tuvo que tomar la decisión de cómo iba  a anunciar y proponer el Reino de Dios lo hizo no por medio de una revolución armada (así como vemos que hoy se proponen los cambios), tampoco por una resistencia “pasiva” o por la simple preocupación por no ofender a Dios y cambiando interiormente, sino por medio del Amor, ese amor que se manifiesta en preocuparse del sufrimiento ajeno. Esto Jesús lo predicó y lo vivió sanando a los enfermos (Mc. 1,34); dando de comer a los hambrientos (Mc. 6,30), curando a los poseídos ((Mc. 5,1-20), resucitando a los muertos (Mc. 5,35), procurando la justicia social (Lc. 19,1-10). Para Jesús hablar del Reino de Dios era hablar de la vida y la dignidad de los seres humanos. Por eso predicaba “curando todas las enfermedades y los sufrimientos del pueblo” (Mt. 4,23).
     La Iglesia, con esa visión tan profética que tenía Pablo VI, volvía a proponer “La Civilización del amor”. ¿Y…..?
Nos cuesta salirnos de nuestros esquemas, nos sentimos más seguros pero nuestro cristianismo es “estéril”.
Por eso vuelve a resonar a nuestros oídos aquello que de chiquitos (los de una cierta edad) nos enseñaban en el catecismo: las obras de Misericordia.
Hoy el Catecismo de la Iglesia Católica nos las recuerda: “Instruir, aconsejar, consolar, confortar, perdonar  y sufrir con paciencia, dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene,, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos, la limosna hecha a los pobres”  (nº 2447)
     “Compartir la vida” es lo que nos enseñó Jesús, el Hijo de Dios. Por eso no hay que buscar recetas “estériles” como la violencia, la resistencia pasiva,, la espiritualidad intimista buscando estar bien por dentro. La misericordia: “sed misericordiosos como es misericordioso el Padre celestial” (Lc. 6,36) es  la única receta que funciona de verdad.

EL SENTIDO DE LOS SIGNOS EN LA MISA LA VESTIMENTA


A nadie le escapa la chatura con relación a lo religioso en nuestras comunidades: “Todo da igual, todo es lo mismo”. Para algunas circunstancias somos formales y no importa el sacrificio que hay que hacer, para otras mucho menos. Ciertamente no todos tienen este criterio, pero es una actitud que se va difundiendo. No distinguimos, en el vestirnos, el cómo voy a la celebración: es lo mismo ir a Misa que a la playa  o a un paseo, o arreglar el jardín?. Parecería que todo da igual. ¿Y el respeto? En el caso de una celebración tendríamos que vernos con relación a la celebración; con quien me invitó al encuentro, nuestro Padre; con relación a los demás hermanos; con el momento de fiesta en el que participo.
A nadie se le ocurre, invitado a una fiesta de bodas, ir vestido de cualquier manera. Si lo hace estará desentonando; tampoco vamos a la playa con saco y corbata; tampoco a una fiesta en bermudas y alpargatas. Será del cómo nos relacionamos con Dios y los demás, la importancia que les damos.