lunes, 16 de marzo de 2015

Reflexión Personal en el Diálogo con el otro



CUESTIONARIO PARA TU REFLEXIÓN PERSONAL EN DIÁLOGO CON EL OTRO/A.











Muchas veces pensamos que vivir en caridad es realizar cosas admirables. Ser un héroe o un santo. Muchas veces son sueños de grandeza. Piensa en las cosas posibles, concretas, y hasta vulgares de cada día...
Repasa, por ejemplo la lista siguiente:
- Hacer que alguien se sienta útil.
- Dejarse ayudar.
- Aceptar una felicitación.
- Aceptar un gesto amistoso.
- Saber decir gracias y no por cumplir.
- En un momento dado, decir la palabra acertada.
- Participar en reuniones, encuentros etc...
- Felicitar de corazón. Ver el lado bueno de las personas y de todo.
- Regalar un poco de tu tiempo, tan precioso.
- Compartir una idea, iniciativa. Si no dirijo yo, nada.
- Adivinar una necesidad o un gusto.
- Respetar un dolor, un silencio...
- Orar por personas o situaciones concretas.

OTRAS TANTAS MANERAS DE NO AMAR Y DE HACER ALGUN DAÑO.
- No saludar.
- No felicitar cuando se merece cualquier éxito.
- No alabar la comida que te han preparado.
- Insultar o decir injurias.
- Reírse de los defectos ajenos.
- Gritar al otro/a, corregir con dureza y frialdad.
- No pedir por quien lo necesita.
- No justificar una negativa.
- Tergiversar lo que el otro/a ha dicho.
- Apropiarse de ideas del otro/a.
- No ser comprensivo con sus debilidades.
- Criticar por costumbre.
- No dejar de poner peros...
- No contar con el otro para nada, aislarlo, marginarlo, dejarlo solo.
- Hacer ver al otro lo poco que vale y que no podrá superarse.
- Obligar al otro a esperar, o a que se rebaje pidiendo un favor.
- Hacerle ver lo mucho que te debe.
- Decir a un enfermo que no tiene solución.
- Decir a un joven que no sirve para estudiar.
- Hacer comparaciones: A ver si te pareces a...
- Recordar los fallos y ofensas pasadas, lo que ya pasó, yo te perdoné.
- Recordar lo viejo/a que está, lo gordo/a que está, lo  feo/a que está.
- No hacer partícipe al otro de lo bueno que tengas o hayas recibido.

    “ No hagamos torres sin fundamento, que el Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen...Nos pone el demonio deseos grandes para que no echemos mano de lo que tenemos a mano para servir a nuestro Señor en cosas posibles, y quedemos contentas con haber deseado las imposibles.”(Santa Teresa de Jesús)

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