lunes, 30 de marzo de 2015

Queridos amigos:



    Ya estamos a las puertas de este Gran Misterio Pascual.
La Cuaresma fue un don para prepararle el camino a Jesús que quiere ofrecernos el don de la Misericordia. El objetivo, según el Mensaje del Papa Francisco es el de una renovación espiritual de la Iglesia de manera que pueda convertirse en una “isla de misericordia”. Como medios para esta renovación nos ofrecía dos cosas fundamentales: la lectura diaria de la Palabra de Dios y una participación más asidua y consciente a la Eucaristía. Ninguna novedad, si no lo siempre actual y necesario. De esta manera la renovación se expresará en el rechazo consciente de la globalización de la indiferencia (hacia Dios y su proyecto de amor y consecuentemente hacia los demás).

    La Pascua es la Gran Obra de Dios Padre. Nos da la oportunidad de una nueva creación. ¡Podemos ser “creaturas nuevas”! Será siempre un don que podremos recibir o con indiferencia (estamos demasiado acostumbrados) o conscientemente y con el compromiso de seguir “el camino” cristiano a favor de toda la humanidad.

    Les deseo a ustedes y a mí que en la Semana Santa podamos abrir nuestro corazón de piedra para qué, como dice el profeta Ezequiel, Él pueda poner un corazón de carne.

Augurios de una Santa Pascua con afecto y mi  oración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario