viernes, 13 de marzo de 2015

Purificar nuestra fe para reavivarla y vivirla


El horizonte general que nos hemos propuesto en este año es  “Purificar nuestra fe para reavivarla y vivirla” y para ello nos confrontamos con la Buena Noticia de Jesús transmitida por San Marcos en estos primeros meses del año litúrgico. Es así que vamos creciendo en la vida cristiana, “Con Cristo, por Cristo y en Cristo”.

Revisar nuestra fe para ver si es la fe de la Iglesia y no la que nos construimos nosotros. Esto  nos llevará a poder renovar con más conciencia la “Promesas del Bautismo”; nos dejaremos inundar por la misericordia de Dios y El nos dará la posibilidad y oportunidad de enfrentarnos a la vida con todas sus dificultades con la frente alta y una alegría que sólo Él puede dar.

Es solamente en la confrontación con las propuestas de Jesús, en el arrepentimiento y en el compromiso de caminar en ellas que se experimenta la “reconciliación” que El Padre nos da por Jesucristo y consecuentemente la reconciliación con nosotros mismos y con los demás hermanos.


“El Reino de los cielos está cerca, conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc. 1,14)

¿Qué es el Reino de los cielos? Establecer relaciones nuevas con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con todo lo creado. Es el “proyecto” original de Dios.

Jesús cura a un hombre poseído por un espíritu impuro (Mc.1, 23)

 ¿No es impura nuestra fe cuando mantenemos a Jesús lejos de la cotidianidad y lo colocamos solo en lo sagrado, en los ritos y oraciones?
 ¿No es impura una fe que ve a Dios como  un adversario para alcanzar y realizar nuestros propios deseos?
 ¿No es impura una fe que se queda solo en palabras y nunca pasa a ser una manera de vivir aún en las deficiencias humanas?
 ¿No es impura una fe individualista e intimista?

 La curación de la suegra de Pedro (Mc. 1,29)

 ¿No vivimos espiritualmente y cristianamente postrados, inmovilizados y con síntomas de fiebre espiritual?
 ¿Nos dejamos tocar por Jesús para cambiar esta situación y ponernos a “servir” en la búsqueda de crear relaciones nuevas con los demás?

 Curación de un leproso (Mc. 1, 40)

 ¿Tenemos deseos de curación?, ¿o pensamos que somos sanos?
 ¿No son nuestras lepras una fe impura, relaciones superficiales, corazón cerrado, religiosidad superficial y sincretista, falta de seria responsabilidad, falta de conocimiento del proyecto de Jesús, falta de una visión desde la fe con relación a la Iglesia en general (estructura, personas, actividades, etc. ¿No es lepra poner lo económico antes que las personas, el bienestar antes que a Jesús; el relativismo y la chatura? ¿Y qué decir de pensar que lo que vale es lo que se siente sin medir las consecuencias?

 Miércoles de Ceniza (Mt.6, 1-6. 16-18)

 ¿Vivimos el “ayuno” como una manera de dar el valor correspondiente a las cosas que Jesús nos enseñó o nuestra preocupación e sólo lo humano y material?
 ¿Vivimos la “limosna” dejando de preocuparnos siempre de nosotros mismos y nuestras problemáticas para “fijarnos” en los demás como nos indicó el mensaje de cuaresma del Papa?
 ¿La Eucaristía es la “gran oración” en la cual nos relacionamos “por Cristo, con Cristo y en Cristo” a la Trinidad y a los hermanos en la fe? ¿Qué importancia le damos a ella en la vida más allá del precepto dominical?

Las tentaciones (Mc.1, 12-15)

 ¿Consideramos que existen? ¿En qué ponemos generalmente nuestra preocupación: sólo en que las piedras se hagan pan?, ¿en qué todo da lo mismo y espero la intervención mágica de Jesús?; ¿Cuáles son nuestras expectativas en la vida, el poseer cosas o desarrollarnos como hijos de Dios que han recibido una vida nueva?
 ¿Estamos dispuestos a que venga su Reino a nuestras vidas? ¿Buscamos y pedimos qué sea Jesús quien convierta nuestro corazón de piedra en un corazón de carne?; ¿o no nos preocupa demasiado pues como los fariseos pensamos que estamos en lo cierto con nuestra manera de pensar y actuar?


La Transfiguración (Mc. 9, 2-10)

 ¿Cultivamos la esperanza en la vida eterna?, ¿la construimos con la vida diaria? ¿O nuestra vida se reduce a preocuparnos solo por el tiempo de la vida terrena?

La purificación del Templo (Jn. 2, 13-25)

 Tenemos la preocupación por purificar nuestra fea la luz del evangelio y de las enseñanzas de la Iglesia?
 ¿No vivimos un sincretismo religioso mesclando de todo y construyendo nuestra propia religión?
 ¿No hemos convertido nuestra fe en un ·te doy si me das?
 ¿No hemos diluido la vida de fe en una fe light, hecha solo de sentimientos y no de respuestas vivenciales hechas con compromiso y responsabilidad?

Creer en Jesús (Jn. 3, 14-21)

 ¿Qué quiere decir “creer” en Jesús? ¿Nos jugaríamos por Él y por sus enseñanzas?
 ¿Es para nosotros “camino” que nos conduce a la vida plena?
 ¿Es para nosotros “verdad” que aceptamos como criterio de vida?
 ¿Es para nosotros “vida” de manera que buscamos identificarnos con Él?

Querer ver a Jesús y aceptarlo en su pasión (Jn.12, 20-23)

 ¿Nos interesa conocer y ver a Jesús? ¿Con qué objetivo? ¿Porque es milagroso, porque es un lexotanil, por las dudas? ¿Dónde lo busco? ¿En la religiosidad fácil y milagrera, en la exaltación sentimental externa y pasajera?
¿Acepto a un Jesús, Hijo de Dios, sufriente, que se entrega por mí, por nosotros? ¿A un Jesús que es obediente al Padre hasta las últimas consecuencias.

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