jueves, 5 de marzo de 2015

¿De qué hablamos al decir: “hambre y sed del hombre de hoy”?


- Hambre y sed de Dios:
      que  si no es canalizada nos hace caer en la tentación paradisíaca: “seréis como dioses”.

- Hambre y sed de espiritualidad:
      que si no es orientada se convierte en “supermercado”, donde cada uno satisface sus emociones y sentimientos.

- Hambre y sed de libertad:
      que si no es dominada desemboca en libertinaje.

- Hambre y sed de fama y honra:
      que si no es purificada nos hace caer en espectáculo apoteósico como a tantos faraones, reyes, guerreros, legisladores, cantores y actores.

- Hambre y sed de dinero:
      que si no es controlada nos roba el sueño y la paz.

- Hambre y sed de sexo:
      que si no es integrada con las otras dimensiones del amor afectivo, amistoso y espiritual, nos devora, engulle y erotiza.

- Hambre y sed de justicia:
      que si no es hermanada con la misericordia, nos empuja a la crueldad.

- Hambre y sed de salud:
      que si no es equilibrada se convierte en fuente de hipocondría.

- Hambre y sed de descanso:
      que si no es dosificada es motivo de pereza y holgazanería.


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