Comunicar la fe, es la misión ineludible y la más
bella para un cristiano: “Es hermoso ver bajar de la montaña los pies del
mensajero de la paz…”, cantamos.
Se saben las dificultades para vivir este compromiso,
pero también sabemos que podemos dar pequeños pasos para concientizarnos y
realizarlo. Aquí van dos:
1. El UNO POR UNO. Cada familia o persona asume
el compromiso de evangelizar a otra persona o familia. Ejemplos: por medio de la Catequesis o con las
familias que se acercan a Caritas. Esta tarea se prolonga en el tiempo
comenzando primero por establecer un contacto humano, fraterno, solidario y
acompañando con la amistad la vida del otro.
2. TAREA DE RECUPERACION. ¡Cuántas personas o
familias han pasado por la
Parroquia o por la Comunidad y por diversos motivos ya no están! La
recuperación consiste en que alguien
asuma la tarea de acercarse a una de ellas.
Se trata de acciones sencillas pero que indican que el
bautizado ha comprendido que de Dios recibió una vocación y también una misión;
que con la ayuda de Dios, quién envía, tenemos asegurada la ayuda.
Recordemos también aquello de San Agustín que decía:
“quién salva una vida, salva la propia”. La Misión cristiana tiene como finalidad ser
instrumento para que el otro u otros puedan acercarse a Cristo y descubrir todo
el amor de Dios.
Todo esto está apoyado en el misterio de la Eucaristía , como lo
podemos leer en el relato de los discípulos de Emaús (Lc. 24, 28-35).
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