lunes, 31 de diciembre de 2012

LA OBLIGACION DEL DOMINGO




El “Año de la Fe”, dice el Papa, es un momento especial para releer el Catecismo de la Iglesia.
Entre los números 2174 al 2195 encontramos los contenidos relacionados con el “DIA DEL SEÑOR” como parte del 3º mandamiento: “Santificar las Fiestas”. Recomiendo leer todos estos números, pero es interesante destacar en particular lo que dice el nº 2180: “el domingo y las demás fiestas de precepto* los fieles tienen la obligación de participar de la Eucaristía”, y el nº 2181, cuando termina diciendo: “los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen pecado grave”.

Ya sea por ignorancia o porque no interesa absolutamente esto que nos dice la Iglesia, lo pasamos por alto. Hoy a nadie le gusta que le digan lo que hay que hacer; es parte de la sociedad comportarse transgrediendo las leyes y esto repercute también en la Iglesia, la familia de Jesús; se vive más bien desde uno mismo y anárquicamente. Sin embargo, la ley por la ley, sin comprensión, no sirve para nada. Por el contrario, cuando hay conocimiento de lo que quiere significar ya no hace falta la ley pues actúo por convicción y por amor. De todos modos, tampoco se resuelve el llamado “pecado grave” con la “confesión” sino con una toma de conciencia de la importancia de la participación a la Eucaristía de la Comunidad y buscando no caer en la tentación de la comodidad. Además, se tendría que tener presente el significado de “hacer la comunión” esporádicamente y sin tener en cuenta el pasado en cuanto a la participación.
La celebración Eucarística es el encuentro sacramental con Jesús que tiene como objetivos “cambiar la historia” (haciéndonos crecer, purificándonos, etc.) y conducirnos a la comunión con Dios trinitario y a la comunión entre nosotros por medio de relaciones fraternas nuevas y evangélicas. Es por esto -y no por la desobediencia a una ley- que se puede hablar de pecado grave al desertar sin motivo de la celebración Eucarística dominical: al hacerlo, estoy pensando y actuando como si la familia (la cristiana) no contara para mí; la celebración es egoísta y como producto de supermercado. Si a este Sacramento le sacamos el contenido nos quedamos con lo externo (el rito) y ahí sí  que deja de ser presencia del Hijo de Dios.
La Eucaristía es la que construye la Iglesia (comunidad cristiana) y la Comunidad cristiana que vive con fe, hace la Eucaristía.
La Comunidad no es comodidad, sino que es “encuentro” en nombre de Jesús para conocernos, amarnos (ágape) y trabajar juntos para construir el Reino.
Termino con esta recomendación: la celebración dominical es una Fiesta y como tal exige una participación consciente y por qué no, una presencia (vestimenta) adecuada a esta Fiesta familiar y divina.

* FIESTAS DE PRECEPTO
1. Todos los domingos
2. 1º de Enero: Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
3. 15 de Agosto: Asunción de la Virgen María
4. 8 de Diciembre: Inmaculada Concepción de María
5. 25 de Diciembre: Natividad del Señor

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