lunes, 31 de diciembre de 2012

“LA FE ENTRA EN NOSOTROS POR EL OIDO”

Queridas familias:
            El año de la Fe nos da la posibilidad de centrar nuestra atención sobre este don ofrecido por Dios para poder dar sentido a nuestra vida tanto aquí, sobre la tierra, como en su proyección eterna. Por eso es necesario para nosotros, que nos decimos cristianos, hombres de fe, conocerla, celebrarla, vivirla.
            La Fe es antes que nada un don. Viene de Dios, por eso se dice que es “sobrenatural”, y normalmente se nos da por medio de “mediaciones” (intermediarios): “Pero, ¿Cómo invocarlo sin creer en Él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de Él? ¿Y cómo oír hablar de Él, si nadie lo predica? ¿Y quienes predicarán, si no se los envía?..... La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Dios” (Romanos 10,14)
            Este don que recibimos nos da, cuando lo conocemos, una perspectiva nueva, una seguridad que va enriqueciendo nuestra vida: si así lo entendemos se convierte en un “don esencial”. Por eso mismo también nosotros, por esa identificación con Cristo Jesús, somos mediadores para que otros puedan obtener ese don. Es lo que se llama “comunicar la fe”. Se trata de una tarea de toda la Iglesia (los creyentes), desde el Papa hasta el papá y la mamá que educan a sus hijos.

            Si la fe llega por los oídos, es importante tenerlos abiertos. Generalmente escuchamos “lo que queremos” pero para poder oír con autenticidad es necesario tener interés (actitud poco practicada en el medio ambiente cristiano). Por cierto que la citada expresión de S. Pablo hay que ubicarla en el tiempo: la única manera de comunicar algo en ese entonces era por medio de la palabra hablada y, por consiguiente, oída; mientras que hoy, que existen otros medios de comunicación, los mensajes entran también en nosotros por otros sentidos: los ojos, el tacto, etc.
            Uno de los objetivos de este año es el de conocer el “contenido” de la fe cristiana. Si bien nos son familiares los enunciados, puesto que están en el Credo, necesitan ser explicitados. Para ello contamos con el Catecismo de la Iglesia Católica, las catequesis de adultos y muchos otros medios. Sólo conociendo el contenido podremos “celebrar nuestra fe” y por lo tanto “hacerla vida”.
            Otro objetivo de este año, nos recuerda el Papa Benedicto, es “adquirir una exacta conciencia de la fe, para reanimarla, para purificarla, para confirmarla y para confesarla”. Por la fe adquiriremos una visión de la vida desde el proyecto de Dios; reconoceremos que la historia humana es también historia sagrada y como tal destinada a la eternidad, es decir, a continuar eternamente en comunión con Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.


                        Con su bendición.

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