Queridas
familias:
Estamos
en el “Año de la Fe ”
y la Iglesia
nos llama a interiorizarnos en ella, es decir, conocerla, celebrarla, vivirla; esto implica descubrir que en el
Año Litúrgico podemos encontrar el “camino” que nos ayuda a ser hombres de fe y
vivir así lo sobrenatural de la vida. Es el año que hace presente el proyecto
salvador de Dios en la persona de Jesús.
Por
otra parte, este mes, con el Adviento, comienza el nuevo año Litúrgico: una muy
buena oportunidad para preparar el primer misterio de la obra salvadora que es la Navidad , la Encarnación de Dios en
nuestra historia humana. Es importante tomar conciencia del significado de la Encarnación y cuál es
su objetivo. Tener claro esto nos ayudará a “humanizar” nuestra vida y también
la de los demás. Todo esto exige “educación”, dejarnos conducir por el Espíritu
que se expresa de una manera muy particular por las orientaciones de nuestra
Madre, la Iglesia.
Mirar y conocer los documentos del Concilio Vaticano II nos
pueden ayudar a conocer y profundizar la fe de la Iglesia.
Encarnación:
Dios se hace presente visible y humanamente en nuestra historia. La naturaleza
humana no es mala, está solo dañada: Dios no se desdice de lo que creó como “muy
bueno”. Pero quiere realizar la restauración a partir de lo humano; así, el
Hijo de Dios asumió en todo nuestra naturaleza, menos el pecado. Debemos
liberar la encarnación de lo mágico, de lo emotivo, de lo ideal: ni a ese Hijo
tan especial le fue eximido el sufrimiento y las angustias propias del ser
humano.
Ese Hijo todavía hoy está presente, encarnado, en
nuestra historia de una manera humana, visible sacramentalmente: la Comunidad creyente, los
sacramentos, en las obras de caridad, etc.
¿Cuál
es el motivo de la
Encarnación ? Devolverle al ser humano su dignidad, la de ser
“imagen y semejanza de Creador”; de abrirnos la puerta de la eternidad
superando el trauma de la muerte.
Instaura esta posibilidad que en gran parte dependerá de nuestras
opciones.
Frente
al pesebre tratemos de quitarle toda la poesía que los años le pusieron y
consideremos precisamente lo que es: Dios nos ama tanto que “envió a su Hijo
para que el mundo se salve por medio de Él”.
Les
deseo que la Navidad
sea una Fiesta de la
Familia Cristiana , que puedan experimentar precisamente el amor
de Dios y que desde allí le puedan responder con amor siguiendo a su Hijo
Jesús.
Con su bendición.
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