lunes, 31 de diciembre de 2012

“LA FE ENTRA EN NOSOTROS POR EL OIDO”

Queridas familias:
            El año de la Fe nos da la posibilidad de centrar nuestra atención sobre este don ofrecido por Dios para poder dar sentido a nuestra vida tanto aquí, sobre la tierra, como en su proyección eterna. Por eso es necesario para nosotros, que nos decimos cristianos, hombres de fe, conocerla, celebrarla, vivirla.
            La Fe es antes que nada un don. Viene de Dios, por eso se dice que es “sobrenatural”, y normalmente se nos da por medio de “mediaciones” (intermediarios): “Pero, ¿Cómo invocarlo sin creer en Él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de Él? ¿Y cómo oír hablar de Él, si nadie lo predica? ¿Y quienes predicarán, si no se los envía?..... La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Dios” (Romanos 10,14)
            Este don que recibimos nos da, cuando lo conocemos, una perspectiva nueva, una seguridad que va enriqueciendo nuestra vida: si así lo entendemos se convierte en un “don esencial”. Por eso mismo también nosotros, por esa identificación con Cristo Jesús, somos mediadores para que otros puedan obtener ese don. Es lo que se llama “comunicar la fe”. Se trata de una tarea de toda la Iglesia (los creyentes), desde el Papa hasta el papá y la mamá que educan a sus hijos.

DE LA CAPILLA ESPIRITU SANTO


El domingo 30 de diciembre por la noche nos reunimos en la Capilla para dar fin al ciclo 2012 según el calendario.
Fue un año intenso el 2012, donde juntamos voluntades y fijamos pequeños objetivos que se fueron logrando con el transcurrir de los meses. Así, el 30 de diciembre la Comunidad de la Capilla Espíritu Santo se reunió para compartir una choriceada para estrenar la parrilla que fuera el primer objetivo a cumplir y tal vez el que más tiempo nos llevó concluir.
¡Por eso no queríamos dejarlo para el 2013!
GRACIAS A TODOS LOS QUE TRABAJARON, IDEARON, APOYARON Y COLABORARON porque lo conseguido es fruto de la participación de todos y cada uno.
¡Y ahora vamos por más!

“Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas y comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos 2, 46).

LA FE SE HACE VIDA LAS OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES


Uno de los objetivos del Año de la Fe es el de hacer de la Fe un estilo de vida. En otras palabras: ¡vivir el don de la fe!
El apóstol Santiago nos recuerda -y es Palabra de Dios- que la Fe sin obras es una fe muerta. La respuesta del hombre al don de la fe, lo que hace la fe madura, son las obras, la unión entre lo que creemos y lo que vivimos. Sabemos por el Evangelio (Mt. 25) que el Juicio personal y universal al final de nuestra vida terrena tendrá como eje nuestra preocupación por el otro, única manera de estar en comunión con Dios.
La tradición de la Iglesia a lo largo de toda su existencia nos sintetiza estas obras de misericordia en dos grupos de siete (valor simbólico del número 7): las corporales y las espirituales. Veamos cuáles y qué son las obras de misericordia corporales (las espirituales las presentaremos en febrero).

SER “MISIONEROS”


La Eucaristía es principio y proyecto de la “Misión”. Pero antes que nada es importante reconocer en la Eucaristía la fuente de la misión. Es importante que cada bautizado y con más razón el que se acerca semanalmente a la Eucaristía, comprenda que esa comunión que se hace con Cristo es para identificarse con El, que vino para evangelizar. El Evangelio nos recuerda lo siguiente: “Jesús llamó a los discípulos para que estuviesen con El y para mandarlos a evangelizar”. Hoy, en la situación concreta que vivimos, no se comprende ni se acepta a un cristiano preocupado solo por su propia salvación (el “que se salve quien pueda”). Hay que despertar en nuestros hermanos la inquietud por conocer a Jesús, como lo hizo Zaqueo, para que el encuentro con El provoque un cambio en la vida: de paz, justicia, solidaridad, fraternidad, etc.
Comunicar la fe, es la misión ineludible y la más bella para un cristiano: “Es hermoso ver bajar de la montaña los pies del mensajero de la paz…”, cantamos.

PARA AGENDAR


INSCRIPCIONES PARA LA CATEQUESIS DE INICIACIÓN CRISTIANA (1º etapa).

Del 5 al 22 de marzo se realizaran las inscripciones, tanto en la capilla como en la parroquia:
Los domingos en la Capilla en el horario de 10 a 11:30 hs.
Los domingos en la Parroquia de 9 a 10:30 hs. (es decir, en el horario en que se realizan los encuentros de catequesis con los chicos)

Sobre el PESEBRE VIVIENTE del 15 DE DICIEMBRE


Como preparación para la Navidad los catequistas junto con los chicos de la catequesis prepararon la representación del Pesebre Viviente. Fue un momento sencillo y emotivo por medio del cual han querido transmitirnos lo que ese acto expresa: “Dios ama tanto al mundo que envía a su Hijo Único para que el mundo se salve por medio de Él”.
En este Año de la Fe tanto la representación como el mensaje adquieren un rol importante pues es uno de los misterios de nuestra fe y demás es el que posibilita el que Cristo, después de pasar por esta vida histórica, haya ofrecido su vida y resucitado para que nosotros estemos en comunión con Dios y con los demás hombre y mujeres.

LA OBLIGACION DEL DOMINGO




El “Año de la Fe”, dice el Papa, es un momento especial para releer el Catecismo de la Iglesia.
Entre los números 2174 al 2195 encontramos los contenidos relacionados con el “DIA DEL SEÑOR” como parte del 3º mandamiento: “Santificar las Fiestas”. Recomiendo leer todos estos números, pero es interesante destacar en particular lo que dice el nº 2180: “el domingo y las demás fiestas de precepto* los fieles tienen la obligación de participar de la Eucaristía”, y el nº 2181, cuando termina diciendo: “los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen pecado grave”.

martes, 11 de diciembre de 2012

“NAVIDAD: EL SIGNO MAS GRANDE DEL AMOR DE DIOS”


Queridas familias:
            Estamos en el “Año de la Fe” y la Iglesia nos llama a interiorizarnos en ella, es decir, conocerla, celebrarla, vivirla; esto implica descubrir que en el Año Litúrgico podemos encontrar el “camino” que nos ayuda a ser hombres de fe y vivir así lo sobrenatural de la vida. Es el año que hace presente el proyecto salvador de Dios en la persona de Jesús.
            Por otra parte, este mes, con el Adviento, comienza el nuevo año Litúrgico: una muy buena oportunidad para preparar el primer misterio de la obra salvadora que es la Navidad, la Encarnación de Dios en nuestra historia humana. Es importante tomar conciencia del significado de la Encarnación y cuál es su objetivo. Tener claro esto nos ayudará a “humanizar” nuestra vida y también la de los demás. Todo esto exige “educación”, dejarnos conducir por el Espíritu que se expresa de una manera muy particular por las orientaciones de nuestra Madre, la Iglesia. Mirar y conocer los documentos del Concilio Vaticano II nos pueden ayudar a conocer y profundizar la fe de la Iglesia.

NAVIDAD “DIOS AMO TANTO AL MUNDO QUE ENVIÓ A SU HIJO ÚNICO”


Con la mano en el corazón, ¿merecemos que Dios nos envíe a su Hijo nuevamente?
Y sin embargo, Dios nos ama tanto, tanto, que lo envía igualmente. Nadie acá tiene méritos suficientes para exigirle algo a Dios, pero el ser humano es la criatura que salió directamente de las manos divinas y lleva dentro “su imagen y semejanza” No hay otra criatura que posea esta característica y, aunque le fallemos, Él no dejará de amarnos y buscarnos. Su único deseo es que podamos gustar de su vida y para siempre (eternamente): este es el fundamento de su amor y de la razón por la cual ese amor se expresó y se expresa en el envío de su Hijo.
La Navidad nos recuerda esto: no celebramos el nacimiento de Buda, ni de Mahoma, ni de Julio César, ni de Napoleón. Tampoco celebramos el hecho de hacer fiesta porque es 24/25. La Navidad tiene como motivo central ese amor de Dios manifestado en la presencia de Jesús. Salir de esta idea es “paganizar” la Navidad. Y entonces: ¡“el que quiere la fiesta pagana, que no la llame Navidad!” Seamos claros y sinceros….

Adviento

Amigos, finalizamos el año litúrgico, con la llegada del adviento, Jesús nos ofrece una nueva oportunidad para prepararnos a recibir ésta próxima navidad, no la desaprovechemos…

Nací desnudo, dice el Dios, para que tú puedas renunciar a ti mismo.
Nací pobre, para que tú puedas reconocerme como única riqueza.
Nací en un establo, para que aprendas a santificar cada lugar.
Nací débil, para que no tengas miedo.
Nací por amor, para que nunca dudes de mi amor.
Nací de noche, para que creas que puedo iluminar cada realidad
                        envuelta en tinieblas.
Tomé la naturaleza humana para que no te avergüences de ser vos mismo.
Nací hombre, para que puedas ser “hijo de Dios”.
Nací perseguido, desde el principio para que aprendas a aceptar cada dificultad.
Nací en la sencillez, para que no seas complicado.
Nací en tu vida, dice Dios, para conducir a todos los hombres a la casa del Padre.

Rifa del día de la familia. Domingo 28 de octubre.


El domingo 28 de octubre se realizó el sorteo al finalizar la celebración de la Eucaristía; el premio, una olla Essen, correspondió al Nº 76 y la ganó Don Pepe. Les agradecemos a todos los que colaboraron, tanto con la venta como con la compra de las rifas. Se vendieron 180 números y lo recaudado ($900) se utilizó para solventar el gasto del arreglo del techo del salón.

COLECTA APORTE DIOCESANO


El día de Navidad se realizará la colecta diocesana para contribuir al mantenimiento de nuestra Diócesis (sus instituciones). La misma puede realizar su cometido con el aporte de todas las comunidades parroquiales diocesanas. El obispo nos pide este esfuerzo: es una manera de vivir la solidaridad eclesial cuando nos dice “que debemos contribuir al mantenimiento de nuestra Iglesia”.

COLECTA DE ALIMENTOS NAVIDEÑOS



El 15 Y 16 de diciembre: tendrá lugar el “Día de la Caridad”: en las Celebraciones Litúrgicas se realizará la COLECTA DE ALIMENTOS. En las contribuciones se solicita  incluir algunos artículos característicos de Navidad para compartir con las familias con las que Caritas colabora.

EL EVANGELIO DE LUCAS



En este nuevo ciclo litúrgico la Iglesia medita el Evangelio de Lucas en las celebraciones festivas. Por eso, para la oración personal, grupal o comunitaria con la Palabra de Dios es bueno tener presente algunas pistas:

1)    El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles fueron escritos por el mismo autor. El Libro de los Hechos es la continuación del Evangelio: lo que sucedió en Jerusalén continúa luego en el mundo...
2)    Sitúa  la presencia de Cristo en el contexto histórico: la encarnación de Dios con todo lo que ella conlleva.

CATEQUESIS DE INICIACION CRISTIANA


El sábado 10 de Noviembre fuimos de paseo a la República de los Niños en la ciudad de La Plata, pasamos un hermoso día juntos los chicos de catequesis y del apoyo escolar, fue una experiencia de fraternidad, que nos ayudó a conocernos y a compartir no solo con quienes están transitando el camino de iniciación cristiana, sino también con los niños que asisten a la parroquia por otras razones ya que, juntos, hacemos la comunidad menuda de San Jorge - Capilla Espíritu Santo.
Las catequistas y maestras que fuimos a cargo del grupo también disfrutamos de un día de esparcimiento y agradecemos a los papás la confianza.
En el blog de la Parroquia pueden ver las fotos que sacamos y en la cartelera verán una del grupo completo.

Clic en la imagen para ver más fotos...

EL RINCÓN DE LA CATEQUESIS


¿Se puede ser cristiano sin participar de la Eucaristía Dominical? Veamos un poco.
Ciertamente no es la simple participación a la Eucaristía la que nos hace cristianos, sino el ser discípulos, seguidores de Cristo, aquellos que buscan poner en práctica el Mensaje que El nos dejó.
Como Él sabe que esto no es fácil, sobre todo en el mundo y cultura en la que vivimos, nos dejó el alimento de su Palabra y el de su Cuerpo y Sangre. La Liturgia Eucarística hace presente (es un memorial) el Proyecto de Salvación para el  cristiano, tanto individualmente como para la Comunidad.
Este acto de Jesús, la cena pascual, fue dado a sus discípulos, y lo fue no como una opción sino como un mandato: “Haced esto en memoria mía”.
En palabras simples: somos de veras cristianos cuando Jesús nos acompaña a través de este “medio” elegido por Él. Este Sacramento es fundamental para nuestra vida y sin él no hay mucha seguridad de estar en el camino querido por Jesús.
Por el contrario, la cultura religiosa de hoy impone como criterio que la participación a la Celebración Eucarística no es necesaria, o lo puede ser sólo cuando lo siento, lo necesito o por compromiso; en estos casos se usa el eufemismo de la “sinceridad”, “autenticidad”, etc. Además, por lo que se ve, ciertas cuestiones superficiales, más sensibles que eficaces, se utilizan como medios para la vida cristiana.
El buen cristiano es aquel que decide, con el mayor de los compromisos, hacerle caso a Jesús y no a las propias inclinaciones. Es aquel que sabe que si no conocemos el Mensaje de Jesús no somos fieles a Él; es el que sabe que haciendo lo que Él nos manda (“Hagan todo lo que el les diga”, Jn. 2) podemos crecer en humanidad y como Hijos de Dios.
La Celebración Litúrgica, con sus dos mesas: la de la Palabra y la de la Eucaristía, es la síntesis celebrativa de nuestra fe; es el momento en el cual Dios viene a nuestro encuentro para enriquecernos y para unirnos. De hecho, en la Misa es la Familia de Dios la que comparte y celebra la vida de Dios en ella. Es el momento en el cual, por medio de la Palabra, se nos marca el camino y se nos da el alimento para transitarlo durante la semana.
Como dijimos antes: no se insiste en la participación solo para que seamos muchos o para que cumplamos, sino para que podamos  vivir y caminar juntos, así como Jesús quiere. Todo esto exige compromiso, ganas de participar, ganas de acompañar, perseverancia y tolerancia (ayudarnos).
Al no vivir ya en una cultura medianamente cristiana es oportuno aclarar los tantos y si decidimos algo saber porqué lo vamos a hacer.
Pongámonos en la escucha del Evangelio de Lucas, evangelio que se usaba y se usa para la conocer más a Jesús, identificarse con Él y continuar su obra evangelizadora siendo un solo corazón y una sola alma.