viernes, 8 de julio de 2011

“EL CRISTIANO ESTÁ LLAMAMADO A SER ‘EL DISCIPULO AMADO’ DE JESÚS”


Queridas familias:
            Ya pasamos la mitad el año. No podemos olvidar lo que nosotros somos: discípulos de Jesús. Por eso lo es propongo una pequeña reflexión sobre el discipulado.
En el Evangelio de San Juan encontramos algunos textos que nos pueden ayudar. Estos están enucleados en un extraño personaje que no se puede identificar con ninguno de los 12 Apóstoles.
Éste “discípulo” aparece 6 veces en el evangelio de Juan: 1º) 13, 23-26; 2º) 19, 25-27; 3º) 20, 2-10; 4º) 21, 7; 5º) 21, 20-23; 6º) 21, 24.
Durante muchos siglos se discutió sobre este personaje que muchos identificaron con el mismo evangelista Juan; pero estudios recientes nos llevan por otro camino.
Ya decía S. Agustín: “Si el evangelista no nos da su nombre, no debemos preguntar quien es”.
San Juan, en su evangelio nos presenta permanente “signos”, como por ejemplo: las bodas de Caná, la samaritana, el ciego de nacimiento, etc. Son modos de presentar las verdades que Jesús nos quiere transmitir por medio de narraciones concretas y llenas de significados.
También, este personaje llamado “discípulo amado” es un “signo” por medio del cual el evangelista nos quiere presentar un mensaje. ¿Cuál es?:

Que el cristiano está llamado a tener como modelo de vida a éste discípulo significativo. También: que ese “discípulo amado representa a la “Comunidad cristiana”.
Cada uno de nosotros somos “amados” por Jesús sobre todo porque somos sus “discípulos”. Frente a este dato de amor, ¿cual es la respuesta del discípulo?. Lo vemos en el evangelio:
1º) mientras los apóstoles están discutiendo sobre los primeros puestos, este discípulo tiene su cabeza reclinada sobre el pecho de Jesús escuchando sus confidencias (13, 25).
2º) El es único que está a los pies de la cruz cuando los demás desaparecieron. Y como regalo recibe la maternidad de María (19, 26).
3º) Cuando el domingo de resurrección los demás estaban desconcertados acerca de lo que había sucedido con el cadáver de Jesús, él es el único que con solo mirar al interior de la tumba, creyó (20, 8)
4º) Es el que tiene una mirada tan límpida que es el único que lo reconoce a la distancia durante la pesca milagrosa (21, 7).
5º) Es el que sigue a Jesús y también a Pedro (signo de la jerarquía de la Iglesia) sin creerse él, el amado, con poder de mando y de superioridad en la comunidad y que perdurará en el tiempo (21, 20)
6º) El es capaz de dar testimonio de lo escrito en el evangelio, porque toda su vida fue un vivir lo que predicaba (21, 24)
            Creo que reflexionando sobre estos textos, podemos ir proyectando nuestra existencia cristiana. San Juan nos presenta todo un programa para que sepamos cómo ser discípulos de Jesús. Y sabemos que lo que hace Juan es simplemente prestarle a Dios la pluma, ¡el proyecto es de Dios!
            Con la bendición de Dios Padre

                                                                                  p. Darío

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