“La renovación de las promesas de nuestro bautismo o de la fe” es, después de la bendición del agua, el segundo momento. ¿Por qué los presentes realizan esta renovación?
Dios trinitario nunca actúa y ni se manifiesta directamente, siempre lo hace por medio de algo (o alguien). En este caso bautismal, lo hace por medio de la Iglesia o de los creyentes en Jesús. En otras palabras, Él comunicará la fe a quien será bautizado por nuestro intermedio y por medio de un signo (bautizar - sumergir en el agua). Si no tengo fe, no puedo transmitir la vida de Dios (fe - esperanza - caridad), inversamente, sólo quien tiene fe, puede transmitirla. Se supone que los papás, el ministro, los padrinos y parientes son cristianos y, por lo tanto, tienen fe, y, de esta manera, el niño es bautizado en y por medio de la fe de la Iglesia significada en los presentes; aunque, por supuesto, quien actúa, la fuente de todo, es siempre y solamente Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
Renovar la fe como adultos es expresarla y esforzarse por vivirla. No es simplemente responder “¡sí!”, ya que Dios nos toma en cuenta, para Él somos importantes y nos necesita como colaboradores para que el nuevo bautizado pueda vivir como su hijo y pueda ser protagonista en la construcción de un mundo distinto.
La fe que renovamos al bautizar a nuestros chicos es la “Fe Apostólica” (no es cualquier fe, ni siquiera “mi fe”); tiene su fuente en los Apóstoles y lo que ellos nos transmitieron y en lo que la Iglesia mantiene inalteradamente desde Pentecostés. Es la columna vertebral de la vida cristiana y que está llamada a ser “católica” (universal). Es la fe que domingo tras domingo vamos renovando con el “credo”. Por eso es oportuno repasarlo lentamente para ir comprendiendo lo esencial de la fe cristiana: un credo que se va desarrollando desde lo más importante, la Trinidad con la actuación de cada una de las personas, hasta la obra de Jesús, la Iglesia , y lo que ella está llamada a construir. Renovar la fe es renovar el compromiso de hacer el camino indicado por Jesús y esto implica renunciar a otros que son los que se le oponen. Por eso las renuncias. Esta renovación nos prepara inmediatamente para el gesto bautismal.
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