Gracias por tantos años de dedicación
y amor para transmitir la
Palabra a los niños y más necesitados.
¿Cuántos han conocido a Jesús, gracias a tus enseñanzas?
Ciertamente han sido muchos y hoy, seguramente estarán recordando alguna
anécdota vivida contigo.
¿Quién no recuerda a Coca visitando a los enfermos del hospital,
ayudando en Caritas hasta que sus fuerzas se lo permitieron?
O tomando lista a sus catecúmenos para saber si estaban presentes en las
misas dominicales.
¿Quién no recuerda el dulce que con tanto amor les ofrecía al finalizar
la catequesis?
¿Y cuántos compartimos la celebración y festejos de tus 90 años de edad
y tus bodas de oro de catequista?
¡Qué maestra de catequistas!
¡Qué gran lección de vida nos has dejado!
Hoy todos estamos tristes por tu ausencia pero por nuestra fe sabemos
que nos volveremos a encontrar.
Hoy no es una despedida solo un hasta luego, Coca querida.
Te vamos a extrañar…
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