El Rincón de la
Catequesis
El sacramento del
matrimonio
En los boletines anteriores hemos
publicado “Los 9 consejos del Papa Francisco para un matrimonio feliz”. Sin
embargo, ¿qué pasa que hoy nadie se quiere unir en matrimonio delante de Dios y
la Iglesia ?
¿Acaso el matrimonio cristiano “pasó de moda”, es cosa del pasado, es un
sacramento -como los dinosaurios- “prehistórico”?
Creo más bien que estamos construyendo un
cristianismo sin fe cristiana, es decir, sin Cristo, sin su Palabra, sin
Iglesia (comunidad creyente). La cultura del individualismo ha hecho que cada
uno construya su vida como quiere y especialmente sin un punto religioso de
referencia. De hecho, hemos perdido el horizonte al que estamos llamados; y
cuando perdemos el horizonte vivimos desorientados.
El cristianismo es un modo de vida (con
sus altos y bajos) y no de ideas, por lo tanto, es una opción entre las muchas
que el mundo nos ofrece (y el mundo las brinda por todos los medios, lo
queramos o no). A diferencia de la mundana, la opción para los cristianos es
muy clara: se manifiesta por medio de la experiencia familiar, la vida de la
comunidad cristiana, la perseverancia y el discernimiento a partir de la fe que
hace considerar la Palabra
de Dios como la “roca” sobre la que se construyó la vida. Hoy en día todo esto
se ha convertido en una excepción (la televisión, la radio, los medios de
comunicación, la literatura, etc. caminan por otros carriles y apabullan sin
dejar pensar), pero Jesús, que muriendo y resucitando nos dio la vida eterna de
Dios a todos, sigue ofreciendo el
camino u opción para llegar a esa salvación con toda certeza. Así, dijo de sí
mismo: “Yo soy el Camino, la
Verdad , la Vida ,
nadie va al Padre sino por mí”.
La realidad actual es que la unión de las
parejas está determinada muchas veces por la cultura mundana, que, en
definitiva, es “provisoria”, con tiempo limitado: el “ya no son dos sino una
sola carne” y “que el hombre no separe lo que Dios ha unido” no entra en este
tipo de cultura, como así tampoco la idea bíblica de que el uno fue creado para
el otro (varón y mujer) con el fin de ayudarse, acompañarse, crecer y llegar a
la plenitud.
El matrimonio como sacramento cristiano es
un complemento inseparable o indisoluble
a partir de la comprensión que los esposos recibieron de esa vocación (llamado)
y del “SI” que no es otra cosa que el haber aceptado esta propuesta divina.
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