viernes, 13 de febrero de 2015

El Rincón de la Catequesis

El Rincón de la Catequesis

El sacramento del matrimonio

     En los boletines anteriores hemos publicado “Los 9 consejos del Papa Francisco para un matrimonio feliz”. Sin embargo, ¿qué pasa que hoy nadie se quiere unir en matrimonio delante de Dios y la Iglesia? ¿Acaso el matrimonio cristiano “pasó de moda”, es cosa del pasado, es un sacramento -como los dinosaurios- “prehistórico”?
     Creo más bien que estamos construyendo un cristianismo sin fe cristiana, es decir, sin Cristo, sin su Palabra, sin Iglesia (comunidad creyente). La cultura del individualismo ha hecho que cada uno construya su vida como quiere y especialmente sin un punto religioso de referencia. De hecho, hemos perdido el horizonte al que estamos llamados; y cuando perdemos el horizonte vivimos desorientados.
     El cristianismo es un modo de vida (con sus altos y bajos) y no de ideas, por lo tanto, es una opción entre las muchas que el mundo nos ofrece (y el mundo las brinda por todos los medios, lo queramos o no). A diferencia de la mundana, la opción para los cristianos es muy clara: se manifiesta por medio de la experiencia familiar, la vida de la comunidad cristiana, la perseverancia y el discernimiento a partir de la fe que hace considerar la Palabra de Dios como la “roca” sobre la que se construyó la vida. Hoy en día todo esto se ha convertido en una excepción (la televisión, la radio, los medios de comunicación, la literatura, etc. caminan por otros carriles y apabullan sin dejar pensar), pero Jesús, que muriendo y resucitando nos dio la vida eterna de Dios a todos, sigue ofreciendo el camino u opción para llegar a esa salvación con toda certeza. Así, dijo de sí mismo: “Yo soy el Camino, la Verdad, la Vida, nadie va al Padre sino por mí”.
     La realidad actual es que la unión de las parejas está determinada muchas veces por la cultura mundana, que, en definitiva, es “provisoria”, con tiempo limitado: el “ya no son dos sino una sola carne” y “que el hombre no separe lo que Dios ha unido” no entra en este tipo de cultura, como así tampoco la idea bíblica de que el uno fue creado para el otro (varón y mujer) con el fin de ayudarse, acompañarse, crecer y llegar a la plenitud.
     El matrimonio como sacramento cristiano es un  complemento inseparable o indisoluble a partir de la comprensión que los esposos recibieron de esa vocación (llamado) y del “SI” que no es otra cosa que el haber aceptado esta propuesta divina.




















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