jueves, 13 de febrero de 2014

EVANGELII GAUDIUM: Una Iglesia casa, no aduana (José M. Vidal)




Técnicamente no es una encíclica, pero es como si lo fuese. La exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” es un documento programático, de fondo, solo de Bergoglio, en el que marca la hoja de ruta que el Papa del fin del mundo quiere para la nueva “primavera” de la Iglesia.

Francisco llegó al solio pontificio con el nombre y el lema del santo del “Repara mi Iglesia”. Y, de inmediato, se puso manos a la obra. Con una pedagogía muy jesuita y muy evangélica: “Hagan lo que  yo hago”.

Primero dio ejemplo con su vida y su testimonio y, ahora, pone por escrito el sueño de una Iglesia “reparada y reconstruida”.

En el frontispicio de esa nueva Iglesia reconstruida luce una palabra: “Casa del Padre”. Y por si quedaba alguna duda, el Papa añade: “La Iglesia no es una aduana”, no controla la vida de las personas, fiscaliza sus ideas, creencias y pertenencias y da carnets de perfección evangélica. La Iglesia, según Francisco, no es para los “perfectos”, sino para los pecadores.

El cambio de orientación y de tendencia es brutal. Y va a dar mucho que hablar. Porque el Papa apuesta por una Iglesia a la intemperie, que se arriesga, que sale que se mete en el barro de la vida de la gente, que aporta esperanza a los empobrecidos y tirados en las cunetas del mundo, que vive en su seno la alegría del seguimiento de Jesús. Primero, el Evangelio y después la doctrina, en contra de lo que “obsesivamente” se venía insistiendo hasta ahora: doctrina repetida una y mil veces para dar apariencia de seguridad. Ante esa dinámica del mundo le daba la espalda a la Iglesia y se producía una estampida silenciosa de fieles que, desencantados, se iban sin dar portazos, hacia la indiferencia.

Para detener esta hemorragia silenciosa, Francisco propone una Iglesia-casa del Padre, con las puertas siempre abiertas, con luz y transparencia, sin nada que ocultar, con flores en las ventanas y calor de hogar, aunque, eso sí, formada por  pecadores. Y para conseguir esa Iglesia doméstica propone abrir una serie de puertas, para que entre el aire fresco y ventile la casa eclesial. Éstas son, entre otras, las 10 puertas de la Iglesia del Papa Bergoglio (continuará….el mes próximo)

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