“La familia fundada sobre
el matrimonio, expresión de la unión íntima y de la complementariedad entre un
hombre y una mujer, se inserta en este contexto como la primera escuela de
formación y crecimiento social, cultural, moral y espiritual de los hijos, que
deberían ver siempre en el padre y la madre el primer testimonio de una vida
orientada a la búsqueda de la verdad y al amor de Dios. Los mismos padres
deberían tener la libertad de poder trasmitir a los hijos, sin constricciones y
con responsabilidad, su propio patrimonio de fe, valores y cultura. La familia,
primera célula de la sociedad humana, sigue siendo el ámbito primordial de
formación para unas relaciones armoniosas en todos los ámbitos de la
convivencia humana, nacional e internacional.
“Éste es el camino que
se ha de recorrer con sabiduría para construir un tejido social sólido y
solidario y preparar a los jóvenes para que, con un espíritu de comprensión y
de paz, asuman su propia responsabilidad en la vida, en una sociedad libre”.
Benedicto XVI
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