domingo, 10 de junio de 2012

EL RINCON DE LA CATEQUESIS


Desde hace muchos años nos resulta difícil comprender y aceptar lo que la Iglesia busca realizar en la catequesis. En el boletín de mayo hicimos presente esta situación que tanto cuesta asumir: la Catequesis no tiene como objetivo que nuestros chicos “tomen la Comunión” (no se busca clientela), sino que lleguen a ser cristianos. Así, lo que comenzó con el Bautismo se hará realidad con la “participación plena (comunión) en la eucaristía (Misa). Ser cristianos participando de la Eucaristía quiere decir “hacer familia”, “hacer común-unión” tanto con Jesús como con los demás creyentes que son parte de la nueva familia de Jesús.
Pero si nunca participan ¿cómo podrán comprender los chicos el valor de la eucaristía? ¡Y qué decir de aquellos padres que dicen que no hay que obligar a los chicos a ir a Misa! La Eucaristía es parte de la catequesis pues allí celebramos lo que vamos descubriendo como presencia de Jesús resucitado que camina con la “familia cristiana”. Según algunos padres, los chicos se preparan para la comunión (cosa equivocada al tomar el sacramento sólo como rito), sin embargo, debe entenderse que la comunión es solo el apéndice de la eucaristía, no es lo más importante. Precisamente porque participo de la eucaristía puedo, con la comunión sacramental, pedirle a Jesús que me ayude a ser cristiano fiel, que me ayude a compartir la vida con mis hermanos en la fe, que me dé fuerzas para hacer algo por los demás. Si nos quedamos con el “recibir la comunión” solamente, estamos vaciando de contenido el gesto sacramental y eso no es de cristianos. Ciertamente, ningún chico ni padre están obligados a venir a la Celebración eucarística, como nadie está obligado a participar de la catequesis; pero si decido asumir este compromiso sacramental, tengo que comprender que lo otro es parte de la misma.

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