Espíritu Santo, Tú actuaste de una manera admirable en
el corazón de las mujeres y los hombres que amaban a Jesús cuando estaban todos
juntos en el cenáculo. Hoy te pedimos también por los hombres, mujeres y niños
que participan de nuestra Comunidad, tu pequeña Iglesia.
Necesitamos también nosotros de
tu acción transformadora; necesitamos tu visita capaz de convertir nuestros
corazones endurecidos por las circunstancias de nuestro mundo actual, pero
también por nuestros egoísmos, falta de apertura, disponibilidad, confianza.
Necesitamos de Ti para conocer y
vivir el proyecto del Padre sobre cada uno de nosotros y también sobre nuestra
Comunidad.
Te necesitamos para que pongas
calor en nuestro corazón, ardor en nuestras acciones, ganas en nuestras
intenciones y así, como aquellos hombres y mujeres del primer Pentecostés,
también nosotros podamos ser testigos de Cristo para la construcción de Reino.
Ven Espíritu Santo, llena los
corazones de tus hijos y enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Amén
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