El concepto “exorcismo” resulta frecuentemente confuso a causa de las numerosas interpretaciones
que han hecho de él versiones de cine y televisión, como así también algunos
grupos religiosos; en este artículo trataremos de comprenderlo más claramente.
Partamos de la idea de que no somos perfectos, pero sí de que estamos llamados
a serlo como lo es el Padre celestial (Mt. 5,48). Nuestra imperfección -siguiendo
la Escritura
del libro del Génesis- se debe al primer pecado del hombre y la mujer, es
decir, al “pecado original” que dejó dañada toda la naturaleza humana e incluso
la propia creación. Experimentamos sus efectos en la existencia personal:
egoísmo, ambición envidias, rencores, injusticias, desorientación, etc., y,
ayudados por la Palabra
de Dios, reconocemos en estas
consecuencias que lo que había sido creado “muy bueno” dejó de serlo. De allí
que la naturaleza humana es falible, enferma, imperfecta.
Esta situación encuentra la solución en la obra de Jesús, su muerte y
su resurrección. Con este gesto del Hijo de Dios se nos perdona ese pecado
original. Es un perdón que se realiza en
el hombre por primera vez, gratuitamente, con el Sacramento del Bautismo: somos
sumergidos en el agua para morir con Él y salimos de ella renovados y con la
posibilidad de vivir como resucitados, es decir en una vida nueva, la del proyecto original de Dios cuando creó al hombre.
Por tanto, es cierto que con el bautismo se nos borra ese pecado original, sin
mérito de parte nuestra.
Por todo esto, en la oración del exorcismo se le pide a Dios que nos libre
de ese pecado, que nos convierta en Templos del Espíritu Santo y que nos
proteja frente a todas las adversidades, tentaciones y dificultades que se nos
presentarán mientras en esta vida terrena tratamos de vivir la “vida nueva” como
“hijos de Dios”. A la oración sigue el signo: es la unción del bautizando con
el óleo de los catecúmenos, como expresión de protección, y la imposición de
las manos diciendo: “que te defienda y fortalezca el poder de Cristo Salvador”.
La eliminación de la culpa original se dará por medio del signo del agua.
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