Deseo expresar por este medio el
agradecimiento por haberme acompañado en el momento del fallecimiento de mi
mamá Luisa. Sobre todo por las oraciones.
Si bien la muerte es un
acontecimiento social, que nos toca a todos, es más que nada un acontecimiento
que toca los afectos y hace vibrar la vida interior de las personas
involucradas. El dolor es expresión de ese afecto. Pero consuela y da seguridad
la fe y la esperanza en la resurrección de la carne, como lo vivió y lo enseño
el mismo Jesús. Quien vive unido a Cristo también vive su Pascua y entra en la
plenitud de la vida.
Muchas gracias a todos, de
corazón.
P. Darío
No hay comentarios:
Publicar un comentario