Tenesmos
4 semanas para prepararnos a la
Navidad. La preparación es necesaria ya que de esa manera
podemos ser más conscientes del Amor que Dios nos tiene al entregarnos
nuevamente a Jesús. Un Jesús que es “persona”,
no física en este momento histórico. De hecho el cristiano no cree y acepta una
idea sino a una persona real: ¡Jesús resucitado! Pero también Jesús es “Mensaje”, propuesta,
proyecto de Dios; nos dice S. Juan en el prologo: “La Palabra se hizo carne”. Es
por esto que se insiste sobre el conocimiento del mensaje de Jesús. Decía San
Jerónimo, amante de la
Escritura y primer traductor de la Biblia: “el desconocimiento de la Escritura es
desconocimiento de Cristo”.
En este
nuevo año litúrgico – pastoral, nos acompañará el Evangelista Marcos. Discípulo
de Pedro y en un momento también de Pablo. Es el evangelio más corto pero el
que usa Mateo y Lucas para escribir sus propios evangelios. Sería el más
antiguo. Este Evangelio fue escrito para la primera catequesis. Era y es el
evangelio del catecúmeno, su catecismo.
Por eso
nosotros, comunidad, nos pondremos en actitud catecumenal, dejando de lado
nuestros esquemas religiosos para confrontarnos con este evangelio. Nos iremos
enriqueciendo con el proyecto de Jesús y nos esforzaremos en ir realizándolo,
pues sabemos que “no es el que dice Señor, Señor, el que entrará en el Reino de
Dios, sino el que cumple el proyecto de Dios” (Mt.7)
Este tiempo es
también un buen tiempo para evangelizar sobre la Navidad ya que hay que purificarla de todas las impurezas
que la cultura anti-Dios va metiendo en las costumbres de los cristianos.
Ayudemos a poner nuevamente a Jesús como centro de la vida y no nos dejemos
robar nuestra fe.