martes, 5 de abril de 2011

“LA IGLESIA NACE EN LA PASCUA COMO UNA NUEVA CREACION”

Queridas familias:

Este mes celebraremos la Pascua y también, en contemporánea, nuestras Fiestas Patronales ya que el Sábado Santo es la fiesta de San Jorge. Ya tendríamos que tener conciencia que el centro de nuestra fe y vida es la Pascua que como sol distribuye sus rayos sobre toda la creación dándole un sentido nuevo a todo. De hecho con la Resurrección de Jesús se da, en el proyecto de Dios, una nueva creación. Y esto no es una visión exclusiva de la Iglesia ya que Jesús murió y resucitó por todos los hombre. Tampoco es una visión solo espiritual, interior que nada tiene que ver con la vida concreta (política, social, económica, de relaciones) de la humanidad. Cuando Jesús dice que el Reino de Dios está cerca o que está dentro de cada uno, nos está diciendo que la realidad, de ahí en más, ya debe ser otra. Y también, los valores o principios-criterios, que nos da el Evangelio no son solo para alcanzar el cielo sino que están en función del acá, de una “vida digna y plena” en este mundo.
Es así entonces que la Pascua es una invitación a conocer y aplicar esos valores (que por ejemplo este año se nos dan en el Evangelio de Mateo en los capítulos 5, 6, 7). ¡Jesús quiere nuestro bien, por eso nos habla y confirma su mensaje ofreciendo su vida!


Pero hoy hay una dificultad: entre el mensaje de Jesús y nosotros está la Iglesia. Hoy bastante desprestigiada y muchas veces con razón. Pero como dijimos en otras oportunidades: la Iglesia es un jarrón de barro donde se contiene un tesoro. Por otro lado es mucho más fácil ver los defectos que las virtudes (somos bastante negativos y en esto nos dan una gran ayuda los medios). También en la cultura individualista imperante nos cuesta aceptar cualquier tipo de autoridad separándola del autoritarismo (la autoridad es un servicio). Por eso Jesús decía: “hagan lo que dicen, no lo que hacen”.
Delante, detrás y dentro de la Iglesia, está Jesús y su Espíritu, nos guste o no, lo creamos o no, y a El tenemos que mirar y referirnos. Esto no excluye que la Iglesia, como estructura humana y en sus miembros, esté obligada a renovarse, a hacer penitencia, a purificarse, a ser más transparente para que se pueda ver lo que hay dentro: Jesús. Pero, por otro lado, los cristianos tenemos que tener claro que la persecución, la difamación, la persecución serán parte de su existencia y que por lo tanto no debe bajar los brazos aprendiendo del pasado para no cometer los mismos errores. Es importante, como tiene que suceder siempre, que la renovación, antes que mirar a los de arriba o afuera, comience en nosotros y en nuestro interior. ¡Por eso la Pascua se renueva cada año!
¡Que Dios nos bendiga a todos y Felices Pascuas!

                                                                                                              p. Darío

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