jueves, 30 de diciembre de 2010

LA MISA DOMINICAL: SIGNO DE PERTENENCIA

En un mundo donde el individualismo, la comodidad, o la superficialidad son moneda corriente, los cristianos están llamados a ser “Luz” y darle a cada realidad el sentido que el mismo Cristo ha querido.
Así, el Domingo, es el día del Señor; un día que debemos dedicarlo a El y la mejor manera de hacerlo es  realizando lo que el nos ordenó: “Haced esto en memoria mía”, dijo en la última cena. Era y es un realizar por medio de signos su sacrificio para bien de todos los hombres, incluidos nosotros. Así lo entendieron los primeros cristianos que se reunían asiduamente para la eucaristía (Hechos 2,42)
Además de hacer presente el sacrificio de Cristo, la Misa nos  fortalece desde adentro en nuestra vida divina y nos ayuda a vivir y cumplir con la misión que se nos encomienda.
La participación a la celebración de la Misa era y es un signo sagrado de pertenencia a su Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo resucitado; de un creer en serio en El, tomándolo como lo importante, el centro, y por quien valía y vale la pena arriesgarlo todo.
Pero también siempre fue signo de amor hacia los hermanos en la fe, con los que “compartían todo” a partir “del compartir el mismo pan y la misma copa”.
Es un gran error la mentalidad corriente que de que para ser cristianos no es necesaria la participación de la Misa. De hecho Jesús en la última cena, cuando la Instituyó, les dijo a sus seguidores: “Hace esto en memoria mía”.
Más bien reconozcamos que no conocemos el mundo sacramental, que no queremos implicarnos en el aspecto interior de la vida, que desconocemos todo lo que por medio de los gestos, signos y actitudes la Misa nos está regalando.

Y relacionado con la participación a la Misa, con un signo de no poca importancia, ya que estamos en verano. Es el tema de la vestimenta. ¿Es lo mismo estar en la playa, una salida al campo, etc. que el Templo. Nadie va a una fiesta vestido de cualquier manera. Una distinción tiene que existir. También la manera de vestirnos (decentemente según la ocasión) expresa la importancia que le damos al encontrarnos con Nuestro Dios. La mediocridad externa es expresión de una mediocridad interior….

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