jueves, 2 de diciembre de 2010

DICIEMBRE 2010

CRISTO, NACIENDO, SE CONVIERTE EN EL "HOMBRE NUEVO"

Queridas familias:

Este mes es de preparación. Se lo llama tiempo de Adviento, de espera. Siempre hay un tiempo de espera: para Navidad, para la Pascua, para la eternidad. El hombre siempre está en esta actitud de espera. Por eso Dios nos regala el don de la esperanza. Así vivimos los cristianos.

¿Qué esperamos? En Adviento la presencia de Dios, el “Emmanuel” (Dios con nosotros). En Cuaresma la Salvación que nos trae Jesús con su Pascua. En la vida: la plenitud de nuestra existencia junto a Dios y a todos los hombres, nuestros hermanos.

¿Cómo esperamos?: ¡Con fe! En otras palabras “concientes” de que realmente el Hijo de Dios está en medio de nosotros como el “camino, verdad y vida”. El hace que nuestra esperanza se convierta en realidad. En esto no podemos dudar, no seríamos hombres de fe.

Ahora estamos en Adviento y ¿cómo nos tendríamos que preparar a recibir a este Dios que nos ama tierna y profundamente?
La Palabra de Dios que es “camino” en este tiempo de Adviento y Navidad nos lo indica: como María, como José, como los Pastores y los Reyes Magos.

María: con fe, confianza, abandono y asumiendo la propuesta de Dios aún sin tener humanamente clara la cosa.

José: igualmente; confiando y asumiendo el rol de cuidar de la madre y del Hijo; cuidar de los dones de Dios.

Los Pastores: atentos y confiados en el anuncio; interesados por conocer el fruto de ese anuncio. Abiertos a lo trascendente.

Los Reyes Magos: en la búsqueda, sin desanimarse y sin tener en cuenta las dificultades para llegar a la Verdad (Jesús); adorando y ofreciéndose a Dios.

También es importante tener claro que Jesús viene para llevar a cumplimiento el Proyecto de Dios para toda la humanidad. Ese Proyecto es “re-crear” una nueva humanidad y esto se “concretiza” en la persona histórica de Jesús y en su accionar durante tres años hasta que lleva este proyecto a su plenitud en la Pascua (muerte, resurrección y Pentecostés). Luego, después de Pentecostés ya será la Iglesia, Cuerpo Místico y resucitado de Cristo, la que tendrá que ir haciendo realidad este proyecto.
Nos toca a nosotros, con la actitud de María, de José, de los Pastores y los Reyes, hacer crecer a Cristo hasta que llegue el momento, como dice S. Pablo en que todo será recapitulado en Él. Que es la Fiesta de Cristo Rey que hemos recién celebrado y volveremos a celebrar al finalizar este nuevo año pastoral.


p. Darío

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