Queridas familias:
Comenzamos un Nuevo Año. ¿Quién no pone tantas esperanzas?; ¿quien no desea que sea un año de crecimiento, de tranquilidad? Será un año marcado por la campaña política para elegir nuevo presidente, renovar parte del Parlamento, etc. Detrás, en el año vivido, quedaron muchas personas, acontecimientos que marcaron nuestras vidas. Sabemos cuales fueron. Lo importante es: ¿en qué nos ayudan para enfrentarnos a la nueva realidad?; ¿con qué espíritu lo haremos?
Acontecimientos y personas pueden quedar en el recuerdo y no decirnos nada o pueden estar en el recuerdo y decirnos muchas cosas.
Los acontecimientos nos pueden ayudar a no cometer los mismos errores, pueden ayudar que una determinada dificultad nos impida ver el todo. Pues es esto que nos impide avanzar: tenemos una mirada demasiado corta y perdemos de vista el horizonte. Estamos tan preocupados por resolver los pequeños problemas que terminamos enroscados en un callejón sin salida.