Para los cristianos no sólo
es importante participar de la
Celebración de la Santa Misa (culto), sino que es
indispensable y necesario, porque nos identifica como creyentes. Por otra
parte, además de participar, es imprescindible recibir en ella la comunión
sacramental, acción que implica “sellar” la Alianza entre “justicia y culto”.
Pero, para ser sinceros y claros, no todos tienen las disposiciones objetivas
para recibir la comunión “sacramental” tal como lo enseña Jesús (“si cuando vas
a presentar tu ofrenda te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja
la ofrenda, ve a reconciliarte con tu hermano y luego vuelve a presentar tu ofrenda”)
y la Iglesia, (no obstante, cuando hay dudas consultar con el presbítero cada
circunstancia particular). ¿Entonces?, ¿qué?, ¿hay que dejar de participar de la Misa por este obstáculo?
Definitivamente: ¡No! ¿Tengo que sentirme menos porque no comulgo?: ¡No!
lunes, 29 de mayo de 2017
COMUNIÓN SACRAMENTAL Y COMUNIÓN ECLESIAL
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