PENTECOSTÉS
“No
los dejaré huérfanos, volveré a ustedes” (Jn. 14,18)
Diferentes signos de nuestra condición de huérfanos:
1. “la soledad interior” que percibimos incluso en medio de la muchedumbre, y que a veces puede
llegar a ser tristeza existencial.
2. “esa supuesta independencia de Dios”, que se ve acompañada por una cierta nostalgia de su cercanía.
3. “ese difuso analfabetismo espiritual” por el que nos sentimos incapaces de rezar.
4. “esa dificultad para experimentar
verdadera y realmente la vida eterna”, como plenitud de comunión
que germina aquí y que florece después
de la muerte.
5. “esa dificultad para reconocer al
otro como hermano”, en cuanto hijo del mismo Padre.
Papa Francisco
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