Queridas
familias:
Todos
los creyentes fuimos llamados a ser parte de la Iglesia , Cuerpo de Cristo.
Ser parte histórica de esta realidad implica ser constructores de la misma para
que sea “santa e inmaculada”. Realizamos esta construcción íntimamente unidos a
Cristo, el Dios hecho hombre que vive en medio de nosotros, ya que Él nos quiso
asociar a su Cuerpo para que juntos la vayamos construyendo y llevando a su
plenitud en el Reino de los Cielos.
Es por esto que al finalizar el
“Tiempo Pascual” (tiempo para ahondar sobre la presencia del resucitado) la Iglesia nos propone la Fiesta del Corpus Christi
(Cuerpo de Cristo), presente en lo que llamamos “Eucaristía” bajo los signos
del Pan y del Vino. Es importante recordar que “La Comunidad hace la Eucaristía y la Eucaristía hace
(construye) la Comunidad ”.
En
este Año de la fe, nos propusimos conocer mejor nuestra fe mirando sobre todo la Celebración Eucarística ,
pues en ella se da un compendio de la misma. La Eucaristía , pan y vino,
constituyen el alimento que sirve para el crecimiento, para ir construyéndonos.
El alimento nos edifica y la eucaristía tiene ese objetivo. Pero la Eucaristía , el Cristo que
se entrega, muestra es “servicio”, preocupación del uno por el otro, es solidaridad,
apertura, misericordia, perdón mutuo, amor (agapé);
todo esto expresado en el “lavatorio de los pies”, según Juan 13,4.