martes, 11 de octubre de 2016

EL CRISTIANO ANUNCIA SIEMPRE Y EN TODAS PARTES LA BUENA NOTICIA DE JESÚS, LLEVANDO LA PAZ

Queridas familias:
Octubre: mes de la misión. La misión es, como vimos el mes pasado, el otro pulmón de la Iglesia después de la oración o conocimiento orante de la Palabra de Dios; mientras que el misionero o evangelizador es el cristiano que sabe y realiza la comunicación de la fe en el ambiente en el que desarrolla su vida (casa, vecinos, trabajo, etc.). El Papa Francisco nos habla de “una Iglesia en salida”; evidentemente, nuestro Pontífice tiene conciencia de que “estamos encerrados y en bajada”, es decir, de que la realidad de esta cultura eclesial consiste en un “cristianismo light”: el pseudo-creyente que “se corta solo”, el individualismo religioso, el manoseo de los sacramentos, el no tener más reglas, normas, mandamientos, bienaventuranzas (elementos, estos últimos, fundamentales por ser una “Constitución” de la Iglesia).
Por todo lo expresado, el Papa Francisco nos pide que terminemos con la acedia egoísta. Para conocer y ampliar este concepto, se sugiere leer en la exhortación apostólica del Evangelii Gaudium los capítulos 81-82: “No a la acedia egoísta”. Allí se describen estas situaciones que suceden en el mundo eclesial y, por ende, también en nuestra Parroquia. Muchos dirán que la solución para evitar la acedia es difícil, sino imposible, no obstante, el Papa nos da una respuesta en el capítulo 263 del mismo documento apostólico: “Motivaciones para un renovado impulso misionero”. Léanlo: ¡es interesantísimo!
También el Evangelio enseña que debemos concienciarnos y asumir que “todos somos discípulos misioneros” (Lc. 10, 1-12). La misión está implícita en el don de la fe recibida y hay que sacarla a la luz, expresarla vivamente: cada uno de nosotros, con nuestro propio “creo”, la asumimos, nos comprometemos, damos nuestra respuesta vital. Si nos quedamos solamente con el enunciado de la fe y no lo llevamos al “creo” personal quiere decir que estamos apenas en el comienzo del camino cristiano… ¡aunque tengamos setenta años!
La misión es la de los setenta y dos discípulos (72 = número de las naciones que conocían los judíos de la época): llevar la Paz a los demás preparando el camino a Jesús, que es el único que puede cambiar nuestra vida pues es el “Príncipe de la Paz
Es importante además recordar lo que dijimos el mes pasado: el encuentro con la oración -acción orante con la Palabra de Dios- va aclarando, motivando, iluminando la misión; ambas acciones se complementan. En este punto, resulta ampliamente esclarecedora la explicación del Papa Francisco en los capítulos 119 a 121 del Evangelii Gaudium: “Todos somos discípulos misioneros”; leerlo concientemente resulta imprescindible.

Finalmente, quisiera recordar que este documento programático, el Evangelii Gaudium  (La alegría del Evangelio), tiene, por tanto, el objetivo de despertar en todos los cristianos el regocijo de renovarnos y de comunicar la alegría evangélica a todos los demás. Octubre es, entonces, un mes para tomar conciencia y ver entre todos qué y cómo podemos hacer, cada uno en nuestra particular situación. El Espíritu no nos dejará solos…Y para ello que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

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