miércoles, 23 de septiembre de 2015

EL ORGULLO DE SER CRISTIANO

EL ORGULLO DE SER CRISTIANO

¿Quién no se siente orgulloso de ser de Boca, River, Independiente, Racing…? ¿Quién no de ser “orgullosamente” argentino, italiano, etc.? De la misma manera lo podemos pensar en infinitos aspectos… Pero ¿se siente alguien orgulloso de ser cristiano? ¡Espero que sí! No obstante, la realidad dice que en ese sentido no hay mucho entusiasmo, se da por descontado el serlo o no. No nos “calentamos” por esta condición de nuestra vida como lo hacemos por otras cosas.
¿Siento orgullo de ser “Hijo de Dios”? ¿Alguna vez pensé en lo que esto significa y cómo pude llegar a serlo? Ciertamente, no hice nada para ser o merecer mi cristiandad; me fue regalada, y un regalo o se aprecia, o se desprecia ignorándolo.
¿Siento orgullo de pertenecer al Pueblo de Dios, a su Familia, a la Iglesia? El hijo de Dios es parte de una familia, de todo un proyecto de Dios, de un deseo suyo, de un ideal que Él tiene: que toda la humanidad sea su Reino, que todos podamos compartir su vida para siempre. Cada uno de nosotros es parte de este proyecto: ¿me siento así?
La Iglesia es la parte visible de ese Pueblo, de esa familia. Con todo lo bueno y lo malo que la habita; porque así es la realidad humana mientras vivamos en este cuerpo: ¿siento orgullo de pertenecer a ella o la rechazo?
Pensemos dónde estamos parados y qué hacemos para ser fieles a Jesús y a su proyecto.
¿Siento orgullo de pertenecer a esta Comunidad concreta que es la realidad visible de ese Pueblo o Familia de Jesús? San Pablo nos dice que hemos renacido por la acción del Espíritu y no son ya solo los lazos de sangre los que nos hacen la familia de Jesús en la Comunidad, sino ese Espíritu. El orgullo de pertenecer no se manifiesta solo de palabra o de sentimiento, sino en responsabilidad, compromiso, presencia, participación, interés.

¿Siento orgullo de saber que Jesús en la Eucaristía me alimenta, me guía, me sostiene y me acompaña? En agosto, la liturgia dominical nos propuso una reflexión sobre la Eucaristía: ¿me preocupó o me dejó indiferente? Me tengo que preguntar, profunda y sinceramente, qué interés tengo y en qué me juego por ella y por lo que significa

No hay comentarios:

Publicar un comentario