viernes, 10 de abril de 2015

LA CATEQUESIS PREPARA PARA LA VIDA CRISTIANA




Cuántas veces hemos oído decir: “la catequesis para la Primera Comunión”: ¡nada más equivocado!
En su conjunto, la catequesis comienza ya con la vivencia cristiana en familia, en el hogar, pues la familia “educa” en la fe de la Iglesia; fe que a su vez fue recibida de los apóstoles y a éstos, de Jesús. Como puede verse, se trata siempre de una transmisión…
Paralelamente, el objetivo de este conjunto (hogar y comunidad parroquial) consiste en que cada hombre y mujer que recibió el don de la fe vaya clarificándola, fortaleciéndola, madurándola, para identificarse con Cristo (eso quiere decir “cristiano”). Por este motivo, tanto el Bautismo, como la Confirmación y la Eucaristía no son metas definitivas, sino que siempre son el “comienzo” de algo nuevo. En el caso de la Eucaristía es el comienzo de vivir de manera “comprometida” como Cristo nos enseña por medio de la Iglesia.

¡Cómo cuesta cambiar esta mentalidad! Se busca siempre que todo sea a la medida de uno, lo cómodo, lo formal y nadie se hace esta preguntita simple: ¿qué quiere Jesús?
Seguramente no quiere siempre lo que a mí o a nosotros nos parece; de modo que tenemos que encontrar la respuesta en el Evangelio y en las orientaciones que la Iglesia, por medio de sus pastores, nos da. De otra manera sería “anarquía religiosa” (defecto que existe también en nuestra Iglesia).

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