Me llegó la triste noticia del fallecimiento de
Luisito Alonio. ¡Cómo no recordarlo cuando desde pequeño estuvo en nuestra
parroquia y participó de la vida de la misma con tantas dificultades y
problemas de salud! ¡Un luchador de la vida, un comunicador de alegría!
Seguramente ahora, desde el cielo y sin enfermedades
de por medio gozará de la verdadera paz y nos dará aliento para luchar por la
vida.
Si llegó hasta dónde llegó, ya que los médicos no eran
tan optimistas, fue gracias a la Familia Alonio (Graciela y Roberto). Ellos
primero los acogieron, siendo pequeño, los fines de semana y luego, aún
conociendo su enfermedad, lo adoptaron definitivamente. Lo acompañaron en todo
y por él se desvivieron dando pruebas de un gran amor. Simplemente: ¡fueron y
son un ejemplo! La perdida de Luisito es seguramente un gran dolor pero el
saber que lo han acompañado y que él
ahora goza de paz tiene que ser un gran consuelo.
¡Qué Luisito seguirá en sus vidas, no hay duda! ¡Qué
desde el cielo interceda, ahora sin obstáculos, por ellos y por nuestra
Comunidad!
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