sábado, 30 de agosto de 2014

El rincón de la Catequesis

EL PELIGRO DE IDEOLOGIA RELIGIOSA Y LA OBSESIÓN DOCTRINARIA
 
            Muchas veces vemos como en el pasado todo lo referente a la religión cristiano - católica se convirtió en una ideología que, con la pretensión de la “única verdad”, ha impedido una sana evolución: debemos entender, por el contrario, que estamos siempre en camino y que la Palabra de Dios, su mensaje de salvación, nunca se puede encerrar en nuestras estructuras mentales y humanas. Esto, por cierto, si se comprende como anarquía doctrinaria o de pensamiento religioso, sería peligroso. Además, sabemos que si en la Iglesia hay una autoridad (servicio a la verdad del evangelio) nosotros estamos llamados a caminar con ella y nunca “a cortarnos solos”. No obstante, siempre estamos llamados a “seguir buscando” ya que la Palabra de Dios “es rica y eficaz” (Hebreos 4). A muchos teólogos, en los últimos decenios, se les ha impedido la producción y la investigación, pues algunos pontífices de la Iglesia pretendieron que los teólogos solo copiaran o reprodujeran lo que ellos a su vez proclamaban. Cuántos límites y censuras… ¡para salvar la doctrina!, cuando, por el contrario, Jesús -y últimamente también la Iglesia- nos enseña que lo que hay que salvar siempre es a las personas. Sobre lo demás… ¡siempre estaremos en la búsqueda! No podemos nunca caer en la obsesión doctrinaria, pues genera enfrentamientos, enferma y destruye.
Seamos fieles al Evangelio y a la sana tradición de la Iglesia, y libres para que en la verdad podamos no caer en el “pensamiento único” y despersonalizante. Amar es también dejarse conducir, confiar y caminar con los demás y no pretender tener la única y total verdad.
 
 

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