martes, 13 de mayo de 2014

OBRAS Y ECONOMIA PARROQUIAL


No hablamos ni escribimos mucho sobre este tema en los boletines y a veces esto daría la impresión de que la Parroquia no sufre los problemas normales en estos tiempos de crisis inflacionaria y demás yerbas. Paralelamente, debe tenerse en cuenta que la Parroquia no está subvencionada por el Estado ni por el Obispado y mucho menos por el Vaticano. Cada Comunidad se tiene que organizar para la resolución de problemas de índole económica, de modo que todo funcione de la mejor manera y sirva para sus cometidos en todos sus aspectos.

El mes pasado, en abril, en la sede parroquial hemos tenido que encarar el arreglo del techo del salón parroquial y de la casita: cambio total de la membrana y otros gastos; mientras que en la Capilla se realizó el arreglo de la zinguería (tanto en el salón como en el templo) además de otros trabajos. Algunos ahorros y a donaciones permitieron afrontar estos gastos que resultan ineludibles: no podemos dejar caer lo que con tanto esfuerzo muchos hicieron y se trató de mantener. No obstante, las reservas cayeron considerablemente.

En esta oportunidad, para ir pagando las deudas, no recurriremos a soluciones extraordinarias -como hemos hecho anteriormente- mediante distintas estrategias (bonos donación, socios colaboradores a tal fin, etc.). Esta vez será algo más ordinario, de índole cotidiana, para que vayamos tomando conciencia de que siempre tenemos que ser generosos: tanto en las colectas y en la adhesión al UNESMO, como, en general, en el interés por la problemática económica que afecta a nuestra parroquia.

¡Jesús no se deja ganar en generosidad!

 

     Esperemos que nuestro interés en este aspecto importante de la vida comunitaria no decaiga rápidamente y solo funcione en las emergencias.

Desde ya ¡MUCHAS GRACIAS!

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