No hablamos ni
escribimos mucho sobre este tema en los boletines y a veces esto daría la
impresión de que la
Parroquia no sufre los problemas normales en estos tiempos de
crisis inflacionaria y demás yerbas. Paralelamente, debe tenerse en cuenta que la
Parroquia no está
subvencionada por el Estado ni por el Obispado y mucho menos por el Vaticano.
Cada Comunidad se tiene que organizar para la resolución de problemas de índole
económica, de modo que todo funcione de la mejor manera y sirva para sus
cometidos en todos sus aspectos.
En esta
oportunidad, para ir pagando las deudas, no recurriremos a soluciones
extraordinarias -como hemos hecho anteriormente- mediante distintas estrategias
(bonos donación, socios colaboradores a tal fin, etc.). Esta vez será algo más
ordinario, de índole cotidiana, para que vayamos tomando conciencia de que siempre tenemos que ser generosos: tanto
en las colectas y en la adhesión al
UNESMO, como, en general, en el interés por la problemática económica que
afecta a nuestra parroquia.
¡Jesús no se deja ganar en generosidad!
Esperemos que nuestro interés en este
aspecto importante de la vida comunitaria no decaiga rápidamente y solo
funcione en las emergencias.
Desde ya ¡MUCHAS GRACIAS!
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