1. La casa se construye juntos
“(…) el amor es una relación, entonces es una
realidad que crece, y podemos incluso decir, a modo de ejemplo, que se
construye como una casa. Y la casa se construye juntos, no sola. Construir
significa aquí favorecer y ayudar el crecimiento. Queridos novios, vosotros os
estáis preparando para crecer juntos, construir esta casa, vivir juntos para
siempre.
No queréis fundarla en la arena de los sentimientos que van y vienen,
sino en la roca del amor auténtico, el amor que viene de Dios. La familia nace
de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa, que sea
espacio de afecto, de ayuda, de esperanza, de apoyo. Como el amor de Dios es
estable y para siempre, así también el amor que construye la familia queremos
que sea estable y para siempre. Por favor, no debemos dejarnos vencer por la
‘cultura de lo provisional’. Esta cultura que hoy nos invade a todos, esta
cultura de lo provisional. ¡Esto no funciona!”.
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