Este año se unen dos grandes acontecimientos
en la Comunidad :
la Pascua (el
20) y las Fiestas Patronales de San Jorge (el 23). Celebraremos todo esto
conjuntamente en la Pascua ,
dando prioridad a ésta pues es el origen de nuestro ser cristianos y Familia de
Cristo.
Sabemos, pero es bueno repetirlo, que la PASCUA es la Fiesta y el Acontecimiento
central de nuestra vida. En ella se consumió humanamente la expresión del Amor
de Dios por medio de la Pasión ,
Muerte y Resurrección de Jesús. En ese acontecimiento se produjo “una nueva
creación” ya que todo se restaura en Cristo resucitado.
Tenemos que volver a ser una Iglesia Pascual,
alegre, esperanzadora, entusiasta pues ya nunca estaremos solos: Cristo Jesús
está y estará para siempre; como dice S. Pablo: “ya nada ni nadie podrá
separarnos del amor de Dios”, ni siquiera nuestros pecados….
Es una feliz coincidencia el hecho de que la Pascua se dé el mismo día
en el que celebramos el aniversario número 34 de la Consagración del
Templo. Todo un significado que expresa que nuestra Comunidad “consagrada” está
invitada a vivir siempre con la alegría Pascual, a vivir la fraternidad, la
búsqueda del bien común y a ser “luz” para los demás, pero no individualmente
sino como Comunidad.
Durante la Semana Santa se nos
ofrecerán “paquetes” de todo tipo y para todos los gustos. No caigamos en la
tentación y en justificativos que ni nosotros mismos creemos: escuchemos la voz
de Jesús y tratemos de vivir estos Acontecimientos con disponibilidad sabiendo
que es una nueva oportunidad que Dios nos ofrece para que nos enriquezcamos con
su misma vida, la que nos lleva a la plenitud.
Preparémonos ya desde los primeros días de
este mes para que la “Renovación de las Promesas Bautismales” del Sábado Santo
se haga de manera consciente, responsable y amorosa. La Pascua y nuestras Fiesta
Patronales no tendrían que ser acontecimientos repetitivos, sino “hitos” que
van marcando nuestro camino como discípulos de Jesús para renovar la Iglesia.