miércoles, 2 de octubre de 2013

LA FAMILIA ES PARTE DEL PROYECTO DE DIOS Y LA MISIÓN PARTE DE NUESTRO SER DISCIPULOS

Queridas familias:
En el mes de octubre se celebra el mes de la Familia y de las Misiones. Me permito dos pequeñas y sencillas reflexiones al respecto.
La primera es sobre la familia (papá, mamá e hijos): ¿es proyecto de Dios o invento cultural?
La revelación contenida en la Biblia (que es para todos los hombres) nos dice en el Génesis que Dios creó al hombre a su imagen (1,26) y que “varón y mujer los creó” (1,27). Más adelante agrega: “por lo tanto el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una cosa sola” (2,24). Jesús mismo, en su tiempo y frente a la dureza de corazón de los hombres, retomará estos mismos principios para la “nueva humanidad”, su Reino, que El viene a restaurar.
La familia está pensada, por lo tanto, como es Dios, esto es, trinidad, y Dios se hace presente en el mundo por medio de la familia. Si es reflejo de Dios, la familia también tiene sus mismas características: es una unidad (“una sola cosa”), indivisible, y es fiel para siempre: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre” (Mt. 19,4).

ACTIVADES DEL MES

1. COLECTA PARA LAS MISIONES
     Esta Colecta se realizará el sábado 12 y domingo 13. Es un acto de solidaridad (término que según el Papa es “mala palabra” para el sistema capitalista, pero buena para la esencia cristiana). Es la ayuda que como “Iglesia” brindamos para que el mensaje de Jesús pueda llegar a todas partes con medios adecuados. Para que sea efectiva, la colecta tiene que estar acompañada por la oración. Además, como ya dijimos, es importante que pensemos que, como discípulos de Jesús, somos enviados a anunciar su mensaje.                     

2. CINE  PARA TODOS
Como parte del “Mes de la Familia” se nos invita el 12 de octubre a compartir una película en el Salón Parroquial  relacionada con la familia hoy. Será un momento de esparcimiento. El evento está previsto para las 15,30 hs. El costo simbólico es de  $2 los mayores. Los menores tienen que estar acompañados por algún adulto. Lo recaudado servirá para ayudar a solventar la salida de los chicos de Catequesis y Apoyo escolar en el mes de noviembre. Por eso es importante que participen los papás de estas dos actividades. Es abierto a toda la Comunidad y a los que quieran participar.

3. MATEADA FAMILIAR

Para concluir el mes de la Familia se programó una tarde familiar el día 26 de octubre a las 16 hs. Reflexionaremos en grupitos sobre algún testo de la Escritura para compartir el proyecto de Jesús, afianzar el conocimiento entre nosotros y buscar re-crear unidad. Es una actividad abierta a todos y la participación dependerá de nosotros para invitar e involucrarnos en bien de nuestras familias.



EL RINCON DE LA CATEQUESIS

Se transcribe a continuación la catequesis del Papa Francisco, importante documento para poder entender, dentro de nuestra fe, el rol de la Iglesia.
           
La Iglesia es nuestra Madre y todos somos parte de Ella

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
Retomamos hoy la catequesis sobre la Iglesia en este "Año de la fe". Entre las imágenes que el Concilio Vaticano II ha elegido para hacernos entender mejor la naturaleza de la Iglesia, está la de "madre": la Iglesia es nuestra madre en la fe, en la vida sobrenatural (cfr. Cost. dogm. Lumen gentium, 6.14.15.41.42). Es una de las imágenes más usadas por los Padres de la Iglesia en los primeros siglos y creo que puede ser útil también para nosotros. Para mí es una de las imágenes más bellas de la Iglesia: ¡la Iglesia madre! ¿En qué sentido y en qué forma la Iglesia es madre? Partamos de la realidad humana de la maternidad: ¿qué hace una madre?
1. En primer lugar una madre genera la vida, lleva en su vientre durante nueve meses al propio hijo y después lo abre a la vida, generándolo. Así es la Iglesia: nos genera en la fe, por obra del Espíritu Santo que la hace fecunda, como la Virgen María. La Iglesia y la Virgen María son madres, ambas; y lo que se dice de la Iglesia se puede decir también de la Virgen y lo que se dice de la Virgen se puede decir también de la Iglesia. Cierto es que la fe es un acto personal: "yo creo", yo personalmente respondo a Dios que se hace conocer y quiere entrar en amistad conmigo (cfr Enc. Lumen fidei, n. 39). Pero la fe yo la recibo de otros, en una familia, en una comunidad que me enseña a decir "yo creo", "nosotros creemos". ¡Un cristiano no es una isla! Nosotros no nos hacemos cristianos en un laboratorio, solos y con nuestras fuerzas, sino que la fe es un don de Dios que nos viene dado por la Iglesia a través de la Iglesia. Y la Iglesia nos da la vida de fe en el bautismo: ese es el momento en que nos hace nacer como hijos de Dios, el momento en el que nos dona la vida de Dios, nos genera como madre.
Si ustedes van al Baptisterio de San Juan de Letrán, hay una inscripción en latín que dice más o menos así: "Aquí nace un pueblo de estirpe divina, generado por el Espíritu Santo que fecunda estas aguas, la Madre Iglesia da a luz a sus hijos en estas olas". Esto nos hace entender algo importante: nuestro formar parte de la Iglesia no es un hecho exterior y formal, no es rellenar una carta que nos dan, sino que es un acto interior y vital: no se pertenece a la Iglesia como se pertenece a una sociedad, a un partido o a cualquier otra organización. La unión es vital, como la que se tiene con la propia madre, porque, como afirma san Agustín, "la Iglesia es realmente madre de los cristianos". Preguntémonos ahora: ¿cómo veo yo la Iglesia? ¿Agradezco también a mis padres porque me han dado la vida, agradezco a la Iglesia porque me ha generado en la fe a través del bautismo? ¿Cuántos cristianos recuerdan la fecha de su bautizo?
Quisiera hacer esta pregunta aquí a ustedes, pero que cada uno responda en su corazón: ¿cuántos de ustedes recuerdan la fecha de su bautizo? Algunos levantan las manos, pero ¡cuántos no la recuerdan! Pero la fecha del bautizo es la fecha de nuestro nacimiento a la Iglesia, y la fecha en la que nuestra madre Iglesia nos ha dado a luz. Y ahora les dejo una tarea para casa. Cuando hoy ustedes vuelvan a casa, vayan a buscar bien cuál es la fecha del bautismo, y esto para festejarlo, para dar gracias al Señor por este don ¿Lo harán? ¿Amamos la Iglesia como se ama a la propia madre, sabiendo también comprender sus defectos? Todas las madres tienen defectos, todos tenemos defectos, pero cuando se habla de los defectos de la madre nosotros los cubrimos, los amamos así. Y la Iglesia tiene también sus defectos: ¿la amamos así como a la madre, la ayudamos a ser más bella, más auténtica, más según el Señor? Les dejo estas preguntas, pero no se olviden de la tarea: buscar la fecha del  bautismo para tenerla en el corazón y festejarla. 
2. Una madre no se limita a dar la vida, si no que con gran cuidado ayuda a sus hijos a crecer, les da la leche, los alimenta, enseña el camino de la vida, los acompaña siempre con sus atenciones, con su afecto, con su amor, también cuando son mayores. Y en esto sabe también corregir, perdonar, comprender, saber estar cerca en la enfermedad, en el sufrimiento. En una palabra, una buena madre ayuda a los hijos a salir de sí mismos, a no quedarse cómodamente bajo las alas maternas, como una cría de pollo que está bajo las alas de la gallina. La Iglesia como buena madre hace lo mismo: acompaña nuestro crecimiento transmitiendo la Palabra de Dios, que es una luz que nos indica el camino de la vida cristiana; administrando los sacramentos. Nos alimenta con la eucaristía, nos lleva el perdón de Dios a través del sacramento de la reconciliación, nos sostiene en el momento de la enfermedad con la unción de enfermos. La Iglesia nos acompaña en toda nuestra vida de fe, en toda nuestra vida cristiana. Podemos hacernos entonces otras preguntas: ¿qué relación tengo con la Iglesia?, ¿la siento como madre que me ayuda a crecer como cristiano?, ¿participo en la vida de la Iglesia, me siento parte de ella?, ¿mi relación es formal o es vital?
3. Un tercer breve pensamiento. En los primeros siglos de la Iglesia, estaba bien clara una realidad: la Iglesia, mientras es madre de los cristianos, mientras "hace" los cristianos, está también "hecha" de ellos. La Iglesia no es algo distinto de nosotros mismos, pero vista como la totalidad de los creyentes, como el "nosotros" de los cristianos: yo, tú, nosotros somos parte de la Iglesia. San Jerónimo escribía: "La Iglesia de Cristo no es otra cosa sino las almas de los que creen en Cristo".  Por tanto, la maternidad de la Iglesia la vivimos todos, pastores y fieles.
A veces escucho: "yo creo en Dios pero no en la Iglesia... He oído que la Iglesia dice...los curas dicen..." Pero una cosa son los sacerdotes, la Iglesia no está formada solo de sacerdotes, ¡la Iglesia somos todos! Y si vos decís que creés en Dios y no creés en la Iglesia, estás diciendo que no creés en vos mismo; y esto es una contradicción. La Iglesia somos todos, desde el niño recién bautizado hasta los obispos, el papa; ¡todos somos Iglesia y todos somos iguales a los ojos de Dios! Todos estamos llamados a colaborar al nacimiento de la fe de nuevos cristianos, todos estamos llamados a ser educadores en la fe y a anunciar el Evangelio. Cada uno que se pregunte: ¿qué hago yo para que otros puedan compartir la fe cristiana? ¿Soy fecundo en mi fe o cerrado? Cuando repito que amo una Iglesia no cerrada en su recinto, pero capaz de salir, de moverme, también con algún riesgo, para llevar a Cristo a todos, pienso a todos, a mí, a vos, ¡a cada cristiano! Todos participamos de la maternidad de la Iglesia, para que la luz de Cristo alcance los extremos de los confines de la tierra. ¡Y viva la Santa Madre Iglesia!


LAS COLMENAS

En el mes de septiembre hemos festejado la dedicación y consagración de la Capilla Espíritu Santo, para estos acontecimientos nos hemos valido de una imagen: las colmenas, como signo de la comunidad.
Todos sabemos que las colmenas son comunidades extremadamente organizadas. Cientos de abejas vuelan día tras día en busca de polen para generar la miel necesaria para el proceso natural de la colmena. Pero sucede que mientras un gran grupo de abejas están trabajando en conseguir la materia prima hay otras que se quedan en su “casa”.
Pensemos en estos días pasados de tanto calor: nos acostumbramos a poner el ventilador o el aire acondicionado para refrescar nuestras casas. Se pone agradable la frescura hogareña. Pero, ¿cómo se comportan las abejas en su comunidad? En la colmena no hay ventiladores ni aire acondicionado y, cuando el calor aumenta, el peligro se incrementa: las altas temperaturas pueden provocar que la miel y la cera se derritan y crear un caos, grandes pérdidas “monetarias” y de vidas. En estos casos, las laboriosas abejas diseñaron un plan para refrigerar la colmena. Las abejas que no vuelan para buscar polen se quedan en casa, pero no para descansar, sino para crear un ventilador gigante con sus alas: aletean en la entrada de la colmena en un proceso de aireación que logra hacer salir el aire viciado y caliente de la colmena introduciendo con el movimiento de sus alas aire fresco y renovado. No se cansan de aletear, no se cansan de intercambiar el aire. Ahora bien, el éxito depende del esfuerzo de cada una de ellas pues es imposible que con una sola abeja se pueda refrigerar la colmena: hace falta el trabajo mancomunado de cientos de ellas para lograrlo.

De este modo se cuida la unidad de la comunidad: no es el trabajo de algún iluminado solitario y también es imposible cuidarla sólo con el esfuerzo de algunos. La unidad en la comunidad es el trabajo unificado de muchos que alineados con un objetivo desean que todos crezcan.
Para hacerlo hay que imitar a las abejas, sacar de nuestras comunidades el aire caliente y contaminado de los malos pensamientos, los chusmeríos, la envidia, los celos, las peleas, los rencores, la falta de perdón, del orgullo, para introducir la frescura del aire del Espíritu, su Gracia y su amor en la iglesia, que es comunidad.




EL SALON PREPARADO PARA LA GRAN FIESTA DE LOS 15


DE NUESTRA HIJA, LA CAPILLA ESPIRITU SANTO

ECOS DE LA FIESTA



El jueves 19 de septiembre se cumplieron los esperados 15 años de la consagración de la Capilla Espíritu Santo.
En la comunidad esperamos con ansias la llegada de este día que preparamos con esmero y dedicación.
Muchas personas donamos tiempo, esfuerzo y creatividad para lograr tal objetivo.
Tomamos como ejemplo a la colmena, en donde las abejas trabajan unidas por el bien común, cada una ocupando su lugar para lograr producir la miel.
Ese jueves, a las 20 hs participamos de la celebración de la Eucaristía y a  pesar de ser día de semana nos acompañaron muchas personas, algunas de las cuales trabajaron para que la Capilla fuera una realidad y recordaron el 19 de septiembre de 1998.
Para nuestra alegría nos acompañó el arquitecto Fabian Papini con su familia, quien no solo diseño la Capilla sino que participo en su construcción.
También se hizo memoria de los bienhechores, de aquellos que participaron muy activamente y ya no están entre nosotros pero que nos guían y hoy comparten la gloria de Dios Padre.
Luego compartimos un café calentito acompañado con cosas ricas preparadas por personas de la comunidad y disfrutamos recordando anécdotas de la construcción.
Los días siguientes fueron de mucho trabajo preparando el templo, esperando la celebración del día domingo y acondicionando el salón parroquial para lo que sería la gran fiesta. Para tal fin las mesas fueron adornadas por hermosos manteles, vajilla y centros de mesa realizados por personas de la comunidad; globos de colores, carteles alusivos y un enorme friso que cubría las paredes laterales del salón semejando un panal con fotos de estos 15 años de toda la comunidad.
La misa del domingo 22 estuvo presidida por nuestro obispo, monseñor Rubén Frassia, que como siempre tuvo palabras de afecto para la comunidad.
A las 13 hs, en el salón parroquial, recibimos a los comensales con una copita de vino  y  tostaditas con queso saborizado; personas de la comunidad animaron en todo momento el evento.
Y comenzó el almuerzo, al que no le falto nada; de entrada: empanadas, luego un asado regado por buen vino y acompañado con ensalada y berenjenas en escabeche, todo preparado con mucho amor.
Un momento muy emotivo fue la presentación de un video con fotos que mostraron el lugar donde hoy está la Capilla; los pasos de la construcción hasta llegar a la consagración por Monseñor Desiderio Colino; se recordó en imágenes el primer casamiento, el de Laura y Fabian Papini, y varios momentos más que nos emocionaron hasta las lágrimas.
El padre Darío recordó también con sentidas palabras a quienes aportaron ideas, trabajo y donaciones para lograr la edificación y en la persona de Oscar Mascherpa, uno de los precursores del proyecto, agradeció a tantos colaboradores. 
Bailamos y cantamos al sonido de la música de una banda de bella gente solidaria que donó su actuación.
No nos olvidemos del postre: alfajor helado; luego cantamos el feliz cumpleaños con el tradicional brindis con torta y un rico café.
Finalizamos sorteando el bono contribución con un premio de un viaje a Cataratas del Iguazú para dos personas que se realizó para poder abaratar los costos de la fiesta.
Vivimos gratos momentos, intensos. Que Dios Padre nos siga acompañando y el Espíritu Santo impulsando para seguir unidos y trabajando por el bien común.

La persona que se ganó el viaje a Cataratas fue:

La Sra. HILDA GIOCONDA CASTELLI
DNI: 3.984.021.

Máximo Paz 164  -  Lanús O.

¡Muchísimas gracias!

Agradecemos a todos aquellos que colaboraron para que la realización de los festejos del decimoquinto aniversario de la Capilla fuera una realidad.
No nombraremos a cada uno porque siempre la memoria nos puede fallar, fueron muchos los que participaron y dedicaron tiempo dando su mejor esfuerzo para que todo saliera bien tanto en la celebración litúrgica con la participación de nuestro obispo Monseñor Rubén Frassia como en el almuerzo comunitario.

También les pedimos disculpas a los que no pudieron participar del almuerzo por falta de espacio físico, supimos desde un principio que en el salón de la capilla no lo podíamos hacer ya que su capacidad es para apenas 100 personas; pensamos entonces en el salón parroquial, pero también nos quedó chico; para la próxima pensaremos en otro lugar…

15 AÑOS DE LA CAPILLA ESPIRITU SANTO



El 19 de septiembre la Capilla Espíritu Santo cumplió sus primeros 15 años. Quisiera repasar algunos momentos significativos.

La idea y el comienzo: en el año 1990 surgió la inquietud de darle al lado oeste de la Parroquia un lugar de culto y de evangelización. Había que buscar el lugar y los fondos. Así, comenzó la recorrida por el barrio para ver qué posibilidades había. Después de un buen trajín se encontró la casa que hoy ocupa la Capilla. Comenzaron entonces las tratativas con la ayuda e la Inmobiliaria Civeira (que tenía a cargo la venta y que nos apoyó desinteresadamente). El lugar ya estaba…, faltaban los fondos. Fue entonces cuando interesé a mi primo, al que conocen, y él informó a otros amigos de Gavardo (Brescia). Por medio de ellos se pudo conseguir el dinero para pagar el terreno y finalmente se hizo la compra. El día 5 de julio de 1991 se firmó la escritura a nombre del Obispado de Lomas de Zamora y con este acto se tomó posesión del terreno con la vieja casa casi destruida. Una de las primeras cosas que se realizó fue colocar en el frente la “cruz de la evangelización” para luego comenzar a limpiar el terreno.
En segundo término, comenzó la planificación, el proyecto de la nueva Capilla, que fue encargado a los arquitectos Ernesto Bersztein y Fabián Papini (este último vivía a tres cuadras del lugar). Armaron distintos planes, decidiéndose por el que hoy es una realidad. El proyecto tuvo en cuenta tanto la planimetría del terreno como el hecho estilístico de que la futura Capilla tuviese relación con el Templo Parroquial (ver la cruz del presbiterio), ya que era como una “hija” del mismo.
Los fondos para comenzar la obra se fueron juntando de a poco, con la participación de la comunidad  (se donaba una bolsa de cemento o cal, o ladrillos, etc.); también hubo ayuda de Italia. En este sentido, hay que destacar la colaboración del “Corralón Rocco” de doña Vicenta y Elena, con sus donaciones.
La construcción, que llevó varios años (primero la Capilla y luego el salón), estuvo a encargo de mi hermano Alejandro, bajo la dirección del arquitecto Fabián Papini (quien también donó sus servicios). Muchos hombres y mujeres de la Parroquia (este y oeste) trabajaron con entusiasmo para preparar los marcos de las ventanas, hacer las puertas y un sin número de trabajos necesarios.
Todavía sin techo se celebraba la Eucaristía para que la obra humana estuviese también acompañada con la bendición de Dios.

El nombre: cuando ya se acercaba la finalización de la Capilla se pidió a la comunidad participativa que indicasen “qué nombre le podríamos dar”. Se eligieron algunos pero el más votado -y creo que el más acertado- fue el de “Espíritu Santo”. Todo un programa para encarar esta etapa y la actividad de la Capilla: pusimos en el centro de esta nueva realidad a la Tercera Persona de la Trinidad como “alma” que da vida.
Así, llegó 19 de septiembre de 1998, día en el que se consagró y se dedicó la Capilla. En esta oportunidad participó Mons. Desiderio Collino, obispo de Lomas de Zamora (diócesis a la que pertenecíamos entonces). Fue una celebración sencilla pero muy emotiva. De esta manera se le ponía un sello a tantos sueños y trabajos de la Comunidad. ¡Todos tienen que estar orgullosos de esta realidad pues es obra de todos! Poco más tarde se comenzó la construcción del salón para las reuniones, la catequesis y “los encuentros”.
Misión: la idea que nunca se abandonó, al pensar y construir la Capilla, es que sirviera como lugar de culto para esa porción del territorio de la Parroquia San Jorge que la circundaba. De esta manera hoy en día los que viven en el lado oeste no tienen que cruzar las vías del ferrocarril ni para las celebraciones ni para la catequesis de los chicos.
Paralelamente otro objetivo fundamental era y es la que la Capilla pueda irradiar, por medio de los que participan comunitariamente, la “vida cristiana seria” hacia todo el barrio. En palabras sencillas: ser centro de evangelización. Esto implica ser una Comunidad cristiana con una vida interna fuerte porque tratamos de poner en práctica la Palabra de Dios con la ayuda especialmente de la Eucaristía, para poder contagiar a otros vecinos de la zona.
Como vemos hay mucho por hacer: la construcción terminó y con éxito; lo que no termina nunca es el crecimiento de todos los que participan y la obra misionera que cada uno desde su lugar está llamado a realizar a partir del don del Bautismo.
Hoy miramos para atrás y nos sentimos contentos y orgullosos. Que esto nos estimule para que miremos hacia adelante en el hoy de cada día, trabajando codo a codo con alegría y esperanza.
El Padre celestial agradecerá con grandes bendiciones a todos los que han trabajado con perseverancia, y a los que trabajaron y están con El ya le dio la recompensa.

¡Sigamos adelante!

EL PAPA FRANCISCO SE PUSO LA IGLESIA AL HOMBRO

Es innegable que hoy la figura del Papa Francisco es causa de alegría, esperanza y renovación. Francisco se puso desde el comienzo a la Iglesia sobre sus hombros causando entusiasmo y sorpresa, como dijo un obispo argentino: “ahora el Papa está hecho una Pascua. Le sonríe a todo el mundo”. Hasta los menos creyentes comienzan a mirar a la Iglesia con otros ojos. Pero ¿puede un solo hombre, aunque sea Papa, cargar con todo? Como él mismo nos dice, la “renovación” es posible, pero nos compete a todos, a cada uno desde su lugar; no obstante, en esto nunca estaremos solos: el Espíritu Santo nos acompañará siempre, como lo está acompañando a él.

NUESTROS OBJETIVOS PARA ESTE AÑO DE LA FE

VIVENCIA DE LA FE: Intentar, a partir de una “metanoia”, una coherencia entre lo que creo y vivo, lo que creemos y vivimos.

     Es la parte más complicada de la fe: llevar a la práctica lo que decimos creer. No es tanto la parte cultual cuanto la coherencia de vida. Nada fácil; más bien un objetivo a alcanzar. “Metanoia” quiere decir “cambio” (pasar de un estado a otro). Ejemplo: a decir del Arzobispo de Buenos Aires, el Papa Francisco, que cuando estaba aquí tenía “cara de velorio” y ahora irradia alegría y esperanza. ¡Se dio una “metanoia”!, un cambio que fue obra del Espíritu Santo y al que Bergoglio fue correspondiente.

     Como se ve, para este cambio no hay edad… Así se da esta vivencia de la fe. Solo nos resta pedir esta “metanoia” con un corazón dispuesto a dejarnos transformar.