martes, 9 de abril de 2013

“LA PASCUA NOS DEVUELVE LA FILIACIÓN DIVINA”




Queridas familias:
            Finalizamos la Semana Santa y comienza el “Tiempo Pascual”. La fe pascual tiene como contenido el aceptar el amor de Dios que se manifiesta en la donación de Jesús para que nosotros volvamos a recuperar la plena filiación divina. Gracias a Jesús hemos podido tomar la decisión de regresar a la casa del Padre, quien siempre nos espera, para abrazarnos, besarnos y hacer fiesta con todos (leer la parábola del padre misericordioso en Lucas 11,15). Aceptar esta fe y vivirla resulta suficiente para cambiar la vida (metanoia). Este cambio se irá realizando según los designios de  Jesús. El tiempo pascual, hasta Pentecostés y en este Año de la Fe, se nos regala para que profundicemos en nuestro interior el don pascual, para que lo fortalezcamos y para que podamos vivirlo teniendo presente, como ícono, el lavatorio de los pies (porque la fe sin obras es fe muerta, Santiago 2, 17).


            En este tiempo tan especial, aparecen durante este mes tres acontecimientos que también nos ayudan al afianzamiento y al crecimiento de la fe: la elección del nuevo obispo de Roma, el Papa; el aniversario de la Consagración de nuestro Templo parroquial y la Fiesta de San Jorge, nuestro Patrono:
            - La designación del nuevo Papa Francisco  nos ayuda a tener una fe capaz de ver más allá de las apariencias con relación a las Iglesias; es el Espíritu Santo que la guía y la conduce siempre por medio de lo humano (hombres y mujeres con todas las estructuras de época y posibles de cambios). A nosotros especialmente, por tratarse de un Papa argentino, además del orgullo nos implica una responsabilidad que no debe diluirse en el sentimiento pasajero.
            - El aniversario de la Consagración de nuestro Templo parroquial tiene que ver no tanto con el edificio material sino con el edificio espiritual, el de la Comunidad, que aunque se reduce en número no deja de seguir confiando en su Señor para encontrar el rumbo y el significado de haber sido “consagrada”. Es una invitación a no bajar los brazos, a vivir el don de la esperanza operosa dejándonos guiar por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo. Estamos en una nueva primavera y nosotros somos los pimpollos del árbol.
            - La Fiesta de San Jorge, nuestro Patrono se relaciona con el camino que estamos llamados a recorrer. En él encontramos obstáculos o tentaciones que buscan apartarnos del mismo. Pero tiene una meta segura: la plenitud de la vida. San Jorge, como Santo, nos recuerda precisamente esto. Una fe sin la convicción de la resurrección, decía S. Pablo, es una fe “inútil” y seríamos dignos de lástima.
            Tres acontecimientos para crecer en la fe. Si nos dejamos conducir por el Espíritu, nos beneficiarán. No perdamos las oportunidades….
            Que Dios los bendiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario