Queridas
familias:
Finalizamos
la Semana Santa
y comienza el “Tiempo Pascual”. La fe pascual tiene como contenido el aceptar
el amor de Dios que se manifiesta en la donación de Jesús para que nosotros
volvamos a recuperar la plena filiación divina. Gracias a Jesús hemos podido
tomar la decisión de regresar a la casa del Padre, quien siempre nos espera,
para abrazarnos, besarnos y hacer fiesta con todos (leer la parábola del padre
misericordioso en Lucas 11,15). Aceptar
esta fe y vivirla resulta suficiente
para cambiar la vida (metanoia). Este
cambio se irá realizando según los designios de
Jesús. El tiempo pascual, hasta Pentecostés y en este Año de la Fe , se nos regala para que profundicemos
en nuestro interior el don pascual, para que lo fortalezcamos y para que
podamos vivirlo teniendo presente, como ícono, el lavatorio de los pies (porque
la fe sin obras es fe muerta, Santiago 2, 17).
En
este tiempo tan especial, aparecen durante este mes tres acontecimientos que
también nos ayudan al afianzamiento y al crecimiento de la fe: la elección del
nuevo obispo de Roma, el Papa; el aniversario de la Consagración de
nuestro Templo parroquial y la
Fiesta de San Jorge, nuestro Patrono:
- La
designación del nuevo Papa Francisco nos
ayuda a tener una fe capaz de ver más allá de las apariencias con relación a las
Iglesias; es el Espíritu Santo que la guía y la conduce siempre por medio de lo
humano (hombres y mujeres con todas las estructuras de época y posibles de
cambios). A nosotros especialmente, por tratarse de un Papa argentino, además
del orgullo nos implica una responsabilidad que no debe diluirse en el
sentimiento pasajero.
- El
aniversario de la
Consagración de nuestro Templo parroquial tiene que ver no
tanto con el edificio material sino con el edificio espiritual, el de la Comunidad , que aunque se
reduce en número no deja de seguir confiando en su Señor para encontrar el
rumbo y el significado de haber sido “consagrada”. Es una invitación a no bajar
los brazos, a vivir el don de la esperanza operosa dejándonos guiar por la Palabra de Dios y el
Espíritu Santo. Estamos en una nueva primavera y nosotros somos los pimpollos
del árbol.
- La Fiesta de San Jorge,
nuestro Patrono se relaciona con el camino que estamos llamados a recorrer. En
él encontramos obstáculos o tentaciones que buscan apartarnos del mismo. Pero
tiene una meta segura: la plenitud de la vida. San Jorge, como Santo, nos
recuerda precisamente esto. Una fe sin la convicción de la resurrección, decía
S. Pablo, es una fe “inútil” y seríamos dignos de lástima.
Tres
acontecimientos para crecer en la fe. Si nos dejamos conducir por el Espíritu,
nos beneficiarán. No perdamos las oportunidades….
Que Dios los bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario