Queridas familias:
Estamos en la Pascua y en el Tiempo
Pascual: es el corazón de la vida de los cristianos. El Dios que se hizo hombre
y entró en nuestra historia nos ofrece hoy esta “novedad de vida”: la de la
comunión, la reconciliación, la fraternidad. Todo esto es posible por la Pascua que para nosotros se
efectiviza en cada Gran Pascua Anual y en las Pascuas semanales de los
domingos.
Es la vivencia
de la Pascua
la que nos hace cristianos y nos permite asumir con serenidad y humildad el
compromiso de vivir de esa manera. El mismo Papa, antes de dejar Alemania el
año pasado, decía lo siguiente: “decidir
ser cristianos es algo serio”. Es por eso que cada Pascua es una invitación
misericordiosa de Dios para que aceptemos su propuesta de amor, realizada por
Jesús, y para que, de esa manera, podamos recorrer el camino que nos lleva a la
plenitud de la existencia.
En esta Pascua dejémonos conducir por el Espíritu
de Dios; éste se manifestará de una manera especial por medio de las
celebraciones que con sus ritos (que son medios y nunca fines) nos irán
introduciendo en su amor y en esa conversión que hoy cada uno de nosotros y
nuestra sociedad necesita para vivir serenamente y con la esperanza de una
plena realización.
Buena Pascua y que el Padre misericordioso los
bendiga.
p. Darío
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