Queridas
familias:
Estamos
en este hermoso tiempo de Cuaresma. Un tiempo de preparación y de esperanza que
nos anima a dejarnos transformar por la Pascua de Jesús, el Hijo de
Dios. Es importante que comprendamos que no somos nosotros los protagonistas de
este tiempo cuaresmal. Es Él, Jesús, que nos invita, que quiere trabajar en
nosotros. El nos regala su vida, una comprensión cada vez más clara de su obra
salvadora, de la dignidad divina que tenemos, de que si somos “alguien”, si
podemos esperar en una tierra nueva y un cielo nuevo, es por Jesús y su acción.
Siempre hemos visto el tiempo cuaresmal como tiempo en
el cual tenemos que hacer penitencia, sacrificios, mortificaciones; tiempo en
el cual ponemos el acento en nuestros pecados esperando que Jesús nos perdone
(¡pero si ya nos perdonó!) Es que en este tiempo nos preparamos para la
Gran Acción de Gracias que le damos por
todo lo que hace por nosotros hoy: ¡Su Pascua!