sábado, 1 de octubre de 2011

¿CAMBIO DE EPOCA O EPOCA DE CAMBIOS?



En estos últimos años se está dando un cambio cultural muy fuerte y repentino. Los mayores no estábamos acostumbrados a esto. Tampoco esta velocidad da tiempo para “pensar”, para “discernir”, para “tamizar”. Nos metieron en un río con una corriente que nos empuja y no tenemos la menor idea de adónde vamos a parar. Es un cambio de época que se va expresando en la cultura del momento. Por cultura se dice todo el quehacer del hombre (su pensamiento, sus valores, su hacer). Y que hay un cambio cultural es evidente: lo que antes se tenía por seguro, ahora no existe más.  Y si bien hay muchos signos buenos en la nueva cultura como la “sinceridad”, la búsqueda de libertad, los deseos de democracia, etc. hay otros que preocupan porque son más de fondo como el destierro de lo religioso, la centralidad del “yoismo”, la ruptura de todo lo que implica un ordenamiento social, la libertad sin control (libertinaje), el relativismo (contra lo absoluto), la superficialidad en casi todo, etc.


Siempre, y así lo enseña el evangelio que para los cristianos es punto de referencia),  en las distintas épocas y cambios hay que sacar de las reservas lo nuevo y lo viejo: “Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y los viejo” (Mt.13, 51).
Es preocupante la nueva antropología (visión del hombre) que no tiene en cuenta al Creador ya que termina en centrar la existencia en el “Yo” y no tiene ya puntos de referencia comunes, creando así una especie de anarquía de valores y principios. La anarquía más que construir sabemos que destruye no solo a la sociedad sino también al mismo ser humano.
Así como una nación no se puede desarrollar “sanamente” sin darse una “constitución” tampoco el ser humano lo puede hacer sin puntos de referencia comunes y permanentes (no se puede cambiar las reglas de juego todos los días….).
La cultura de hoy también tiende a culpar a la Iglesia y lo religioso en general de coartar la libertad del ser humano. Sin lugar a duda muchas veces se usó mal lo religioso (en esto también hubo excesos), pero de allí, pasar a negar el valor de lo religioso para el desarrollo de la persona es una gran estupidez ya que lo espiritual no lo podemos negar (no podemos negar el dedo de Dios en nuestra existencia).
Dice un refrán latino: “in medio est virtus” (“en el medio está la virtud”); hay que sacar lo nuevo y lo viejo y discernir con la mente fría y el corazón caliente. Por eso la actitud “sabia” y “humanizante” que nos puede hacer crecer en este cambio de época es la de tomarnos el tiempo para discernir cuáles son los “valores” que orientan nuestra vida y con los que tenemos que “educar” a los que nos fueron encomendados.
¡El Evangelio tiene mucho que decirnos al respecto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario