Te bendigo, Padre, al terminar este día. Recibe mi alabanza y mi “gracias” por todos los dones. Perdona cada uno de mis pecados porque no siempre escuché la voz de tu Espíritu, no supe reconoscer a Cristo en los hermanos que encontré. Protegeme durante el descanso, aleja de mi todo mal y doname poder despertarme con alegría para el nuevo día. Proteje a todos tus hijos alli donde estén.
Al terminar el día, vigilame en el descanso con amor de Padre. Dona salud al cuerpo y fervor al espíritu. Que tu luz ilumine la sombra de la noche. Durante el sueño de mis miembros quede fiel el corazón, y al regreso de la mañana pueda cantar nuevamente tu alabanza.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN
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