domingo, 2 de diciembre de 2018

1º DOMINGO DE ADVIENTO



1º lectura (Jeremías 33,14-16): prevé, en el momento difícil del destierro, la venida de un descendiente de David que nacerá como “brote justo” y dará alegría a la humanidad. Es un canto a la esperanza
Algunas noticias sobre Jeremía, profeta
Jeremías fue un profeta y autor hebreo que vivió entre los años 650 y 585 A.C. y a quien se le debe no solamente la anticipación de varios acontecimientos relevantes para la religión
 Aborda entre otras cuestiones el exilio judío en Babilonia y anticipa un nuevo pacto entre Dios y el pueblo judío.
Y con respecto a su actividad profética debemos destacar primeramente la anticipación sobre la invasión de babilonia.
Por otro lado anticipó la destrucción de la mencionada Babilonia y el llamado de Dios a una segunda alianza con el pueblo judío.
Cuando Babilonia destruye todo, los judíos cayeron en el descreimiento y decidieron aferrarse a la veneración y creencia de otros ídolos. Todo esto profetizó Jeremías y obviamente le valió crueles persecuciones y cuestionamientos.
Persecución política
También avisó el castigo que impondría Yahvé al pueblo judío y sus gobernantes por la corrupción y la violencia imperante.
Esto especialmente le trajo muchos problemas con los monarcas judíos que lo persiguieron y lo maltrataron físicamente por hablar de estos temas abiertamente.
Pero Jeremías no les temía, tenía clara que su labor era transmitir la palabra de Dios y ese compromiso lo cumplió férreamente y con un gran afán e ímpetu, a pesar de las consecuencias negativas que ello le pudiese acarrear.
Como sabía de todas estas cuestiones es que pedía al pueblo y a los reyes la conversión, no lo consiguió y hasta terminó encarcelado, pero todo lo que dijo se cumplió y por caso es que cobraría relevancia toda su obra oportunamente.
Era hijo de un sacerdote y oriundo de Judea, luego viviría en Jerusalén, Babilonia y en Egipto, donde fallece.
Un profeta para tiempos de crisis (copiar enlace y pegar en google)

2º lectura (1 Tesalonicenses 3,12-4,2): Pablo nos pide que nos preparemos a la venida de Cristo creciendo “en el amor en la comunidad y hacia todos”
Evangelio (Lucas 21,25-28.34-36): un día estaremos delante del Señor Jesús, juez: para que estemos preparados Jesús nos exhorta a estar despiertos y rezar en todo momento.
Lucas nos acompañará durante todo el Año Litúrgico. Es el Evangelio que forma al cristiano en su misión profética de evangelizador. Es en esta óptica que  tenemos que leer y rumiar este evangelio: ¡dejarnos evangelizar para evangelizar!

La PALABRA DE DIOS, ESCRITA Y PROCLAMADA  ES INSOSTITUIBLE PARA EL CRECIMIENTO CRISTIANO. Todo lo demás, películas, youtube, etc. pueden ayudar pero nunca sustituir. La Palabra es el mismo Jesús (Juan 1)
Ella da contenido a la Fe para que ésta no sea solamente una cáscara con nada adentro.
Además comunica la vida de Dios pues es eficaz como una semilla enterrada en la tierra y cuidada.
La Palabra es el cimiento o fundamento de la vida de Dios en nosotros: “El que escucha mis palabras y las practica es el hombre…. (Mt.7,24)
La cultura humana puede cambiar, y de hecho cambia permanentemente, y la Palabra es la que hace que esa cultura se haga cristiana. Desgraciadamente el árbol (cultura de hoy) impide ver el bosque….
Es por todo esto que la Lectio divina es importante en la vida de los cristianos. Es un método garantizado por el mismo Jesús y que Él recibió del Antiguo Testamento y que hoy la Iglesia, su pueblo, está recuperando y proponiendo.

A continuación les presento este método simplificado que nos ayuda a “encontrarnos” con Jesús en la Palabra. La Lectio Divina nos propone que, después de la lectura atenta y pausada de un breve texto bíblico elaboremos:
1.    ¿Qué dice objetivamente el texto en el contexto?
2.    ¿Qué me dice en mi contexto?
3.    ¿Qué le respondo?, ¿con qué actitud? ¿sobre qué?

La propuesta en este Adviento consiste en que, durante el mismo, nos comprometamos en el ejercicio del encuentro con la Palabra, para que redunde en beneficio nuestro y de todos, y que nuestro Jubileo marque un antes y un después con relación a la Palabra; que ella nos “nos re-cree” personal y comunitariamente. Por último, el ideal sería poder compartirla semanalmente con otros, conformando pequeños grupos de reflexión y ejercicio de la Lectio Divina.

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